El factor religioso puede determinar el resultado el 6 de noviembre
DARÍO MENOR | In God we trust (Confiamos en Dios). Los estadounidenses acudirán a las urnas el próximo 6 de noviembre con el nombre de Dios presente en las mentes, los corazones e, incluso, los bolsillos, ya que este lema está inscrito en las monedas y billetes de dólar. En un país con una religiosidad tan patente en la vida pública como los Estados Unidos, donde no se concibe a un político con aspiraciones presidenciales agnóstico o ateo, la cuestión de Dios puede ser una de las claves que decida los comicios.
Los electores deberán elegir entre Mitt Romney, el candidato del Partido Republicano, que podría convertirse enel primer mormón que llega a la Casa Blanca, y el actual presidente, Barack Obama, líder del Partido Demócrata, cristiano protestante pero sin adscripción particular a ninguna Iglesia.
Romney mostró recientemente que la fe es un arma electoral más al hacerse eco de una vieja leyenda entre los votantes ultraconservadores. Amenazó en un mitin en el Estado de Virginia con que Obama pretende quitar la mención a Dios de las monedas y billetes de los dólares estadounidenses.
También se aprovechó el exgobernador de Massachussets en su arenga de que los demócratas hubieran eliminado toda referencia a Dios de su programa electoral, aunque después de la polémica generada y la posterior intervención del presidente, se vieron obligados a recuperarlo.
“Yo no voy a quitar a Dios de nuestro programa, de nuestras monedas ni tampoco de mi corazón.Somos una nación que nos ha sido concedida por Dios”, aseveró el candidato republicano, mientras era aclamado por seguidores de su partido que no paraban de ondear sus banderas con las barras y estrellas. Una de las portavoces de Obama respondió diciendo que las acusaciones eran falsas y peligrosas.
John L. Allen, periodista del semanario estadounidense National Catholic Reporter y escritor, considera: “En los Estados Unidos existe la idea general de que el Republicano es el partido de las personas más religiosas, mientras que el Demócrata es el de los secularizados. Aunque la realidad es más compleja, pues hay ejemplos de lo contrario en ambas formaciones, es cierto que los republicanos suelen estar más preocupados por los temas calientes relacionados con la vida humana, que resultan de mucho interés para los tradicionalistas”, dice Allen.
Sin afiliación religiosa
Los votantes que no se sienten parte de ninguna religión suponen un 20% de la población estadounidense y registra un continuo crecimiento. Con todo, no es lo suficientemente amplio aún como para permitir que llegue a la presidencia un candidato con una fe tibia.
“En los Estados Unidos no es aceptable que sea presidente alguien agnóstico o ateo. Aunque caiga el porcentaje de aquellos que se sienten parte de una religión, la gente sigue diciendo que esta representa una parte crucial en sus vidas”, afirma John Green, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Akron (Ohio).
Vida Nueva
No comments:
Post a Comment