21 de octubre
XXIX Domingo
XXIX Domingo
Salmo 32 Que tu misericordia venga sobre vosotros como lo esperamos de ti
Solo que queda, Señor, decirte esta frase del salmo. Repetirla como una letanía de confianza, igual que es una letanía incesante mi pecado. Ante tanta fragilidad solo me queda rendirme a la maravilla de tu amor, que me espera, que atiende, me abraza, y siempre, siempre, está dispuesto a perdonarme. Líbrame de mi mismo, Señor, por tu infinita misericordia.
Misericordia II
22 de octubre
Lunes XXIX
Ef 2, 1-10 Dios, rico en misericordia
Como si fuese una tierna y pastoral respuesta a lo que escribí ayer Pablo me escribe una carta; Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, por pura gracia estáis salvados. Y así, Señor, me libras de mi mismo, me sacas de mi marasmo para ponerme ante la luz de tu ser que me aniquila para reavivarme.
Misericordia III
23 de octubre
Martes XXIX
Ef 2, 12-22 Ahora estáis en Cristo Jesús
Es una realidad, Señor. Ahora estoy en ti, ahora, en este mismo momento. Ahora es el tiempo de salvación, ahora me abres a ti, ahora me muestras con total claridad la realidad de ser en ti. Quedeme y olvideme, el rostro recliné sobre el amado, cesó todo y déjeme, dejando mi cuidado, entre las azucenas olvidado.
Misericordia IV
24 de octubre
Miércoles XXIX
Ef 2, 2-12 el más insignificante…se me ha dado esta gracia
Me das claridad, Señor, para que sepa reconocer mi insignificancia, que ante tu luz se muestra envuelta en tinieblas y en sombras de muerte. Y con la insignificancia reconocida – tan poca cosa, tan mínimo soy, aunque aparente algo-, en el hastío de mi ego absorbente, más me pasma que tu gracia me de el regalo, ahora mismo, de anunciar la riqueza que eres, lo insondable de tu amor, que me envuelve, me consume y aletea mansamente en mi interior.
Misericordia V
Jueves XXIX
Ef 3, 14-21 Doblo las rodillas ante el Padre pidiendo
Que por los tesoros de su gloria os conceda robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo; así llegaréis a la plenitud según la plenitud total de Dios.
Hago esta oración por mí, por vosotros. Y en el fondo del abismo me embarga el vértigo de saberte vida total y plenitud eterna.
Misericordia VI
Viernes XXIX
Ef 4, 1-6 Os pido que andéis según la vocación a la que habéis sido convocados
Buena petición. Danos conciencia de tu don, de tu llamada, de la vocación. Dame humildad, amabilidad, comprensión, capacidad de mantener la unidad del espíritu con el vínculo de la paz. La vocación de perder la vida por ti y el Evangelio. La vocación de tomar contigo la cruz y de seguirte. La vocación de desenmismarme en ti.
Luis Fernando Crespo SM
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