Thursday, October 25, 2012

Lefebvrianos expulsan al polémico obispo Richard Williamson



25 de octubre, 2012. (Romereports.com) (- SÓLO VÍDEO -) El obispo lefebvriano Richard Williamson, polémico por sus declaraciones negacionistas del Holocausto, ha sido expulsado de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. 


En un comunicado, los superiores de los lefebvrianos aseguran que Williamson se ha distanciado durante años de las autoridades del grupo y ha rechazado mostrar respeto y obediencia a sus superiores, por lo que se han visto forzados a tomar “esta dolorosa decisión por el bien de la Sociedad San Pío X”. 

Tras comunicarle su expulsión el grupo tradicionalista ha dado un margen de tiempo a Williamson para presentar su dimisión. Sin embargo Richard Williamson ha respondido con una carta abierta en la que pide al superior general de los lefebvrianos que renuncie. 

Las negociaciones de los lefebvrianos para lograr la unidad plena con Roma terminaron hace unos meses sin llegar a un acuerdo. 



La expulsión de Williamson no acerca a los lefebvrianos a Roma


No se descarta una escisión en la FSSPX


El problema que se presenta es la aceptación 

del Concilio Vaticano II


La expulsión del obispo Richard Williamson, que niega el Holocausto judío, por parte de los "lefebvrianos" remueve uno de los obstáculos para el regreso de este grupo cismático al redil de la Iglesia Católica, aunque permanecen otros, como es la aceptación del Concilio Vaticano II, que rechazan.
Los "lefebvrianos" surgieron en 1969, cuando el arzobispo francés Marcial Lefebvre (1905-1991) creó la Fraternidad San Pío X, asociación tradicionalista que rechaza frontalmente el Concilio Vaticano II -al que considera una "herejía"- y las "destructivas" reformas surgidas del mismo.
Este grupo, que defiende a ultranza el rito preconciliar, desató un cisma en la Iglesia Católica en 1988, cuando Lefebvre ordenó sin permiso de Juan Pablo II a cuatro obispos, entre ellos Williamson.
En aras de buena voluntad para que vuelvan al redil, Benedicto XVI liberalizó en 2007 la misa en latín y en 2009 levantó las cuatro excomuniones.
También les ha ofrecido una Prelatura Personal, similar a la que tiene el Opus Dei, si regresan a Roma. Pero todo ello les ha parecido poco.
El pasado año el Vaticano les entregó un "preámbulo doctrinal" con las condiciones para volver, cuyos puntos se desconocen, pues lo único que se sabe es que contiene algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica "necesarios para garantizar la fidelidad al magisterio de la Iglesia".
En los últimos meses el jefe de los "lefebvrianos", el obispo Bernard Fellay (uno de los cuatro a los que el papa levantó la excomunión), se reunió con el hasta hace poco prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Williams Levada, para estudiar el regreso, sin resultados.
Los "lefebvrianos" consideran una condición "irrenunciable" para volver al redil de Romapoder criticar públicamente "los errores" del Concilio Vaticano II  y a sus autoresy que el Vaticano lo acepte.
Ponen como condición la "libertad de preservar, transmitir y enseñar la sana doctrina de la Tradición de la Iglesia y libertad para defender, corregir y reprender incluso públicamente a los autores de los errores o de las innovaciones modernistas y liberales del Concilio Vaticano II".
También, según un documento enviado por el abad Christian Thouvenot, secretario de los "lefebvrianos, a los superiores de la fraternidad con fecha del pasado 18 de julio, exigen el uso exclusivo de la liturgia de 1962, la que había antes del Concilio Vaticano II.
Asimismo exigen que se les garantice el nombramiento de un obispo tradicionalista.
La segunda condición está ya concedida. Benedicto XVI liberalizó en 2007 la misa en latín mediante el "motu propio" (documento papal) "Summorum Pontificium".
El problema que se presenta es la aceptación del Concilio Vaticano II, al que consideran una "herejía" y una "cloaca" y rechazan frontalmente.
Para la Santa Sede, sin embargo, el Vaticano II es "vinculante", según afirmó recientemente el nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el ex Santo Oficio), Gerhard Müller.
El nombramiento de Müller, fuerte defensor del Vaticano II, no ha caído bien entre los cismáticos, que dicen que el prelado no les "aprecia" y les trata "como parias".
Aunque la expulsión de Williamson supone un problema menos para Fellay, éste sigue teniendo dificultades para mantener unida a la fraternidad, dividida entre los que no quieren saber nada de regresar a Roma, a la que acusan de todos los males que padece la Iglesia; los que pretenden "cambiar" al Vaticano para que adopte sus tesis y los seguidores de Williamson.
Observadores de ese grupo no descartan una escisión tras la expulsión del prelado que niega el Holocausto.
Los "lefebvrianos" cuentan con cuatro obispos, cerca de medio millar de sacerdotes y más de 200.000 fieles repartidos por todo el mundo. (RD/Agencias)

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