Hoy 26 de Noviembre, la Iglesia se viste de marrón franciscano para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN LEONARDO DE PUERTO MAURICIO (Paulo Jerónimo Casanova, nombre de famila) en el aniversario de su muerte ocurrida en un día como hoy de 1751 en Roma, Italia. Oriundo en 1676 de Puerto Mauricio, cerca de Génova, en Italia, fue religioso sacerdote de la orden de San Francisco. En 1867 el Papa Pío IX le proclamó santo. Sus restos se veneran en una urna transparente bajo el altar mayor en la iglesia del convento de San Buenaventura en el Palatino en Roma. Es patrono de los predicadores.
Hoy también, la Iglesia se viste de blanco para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN JUAN BERCHMANS, en el aniversario de su santa muerte ocurrida en un día como hoy de 1621 en Roma, Italia, a la edad de 22 años. Oriundo de Diest, Bélgica, EN 1599, fue religioso de la Compañía de Jesús. En 1888 el Papa León XIII, le proclamó SANTO. Es patrono de los estudiantes universitarios y de la juventud. Sus restos se veneran en la Iglesia de San Ignacio en Roma. Realizó un milagro en su proceso de canonización en los Estados Unidos de América. Los Jesuitas celebran su fiesta el 26 de noviembre.
Meditación
Meditación
QUERIDO SAN LEONARDO DE PUERTO MAURICIO: recordar tu vida es recordar al santo que aún estando en vida le llamaron el "apóstol de Italia". Todo empezó cuando en tu hogar sufriste la muerte de tu padre que dejó huérfano tu joven corazón. Pero en ese corazón apenado, fue apareciendo la llamada de otro Padre. Dios te quería a su servicio. Dejas, pues, a la familia e ingresas a la orden de San Francisco llegando a ser sacerdote. Muy pronto la predicación se fue perfilando como tu principal apostolado que ejercitarás durante toda tu vida. Por más de 40 años predicaste todos los días. Con celo infatigable, emprendiste largos y fatigosos viajes, especialmente a Florencia y Córcega. A tu paso se reunían grandes multitudes atraídas por tu estilo de predicación popular y sencillo, comprensible para todos. A donde llegabas todos querían escucharte. Cuentan que en Florencia a la hora de tu predicación hasta los burdeles cerraban sus puertas. Una de tus prédicas marcó época: el "vía crucis" que predicaste en el Coliseo Romano en el año jubilar de 1750. El Coliseo, que estaba casi abandonado, se convirtió desde ese día en un lugar de peregrinación y se instituyó, la devota costumbre de realizar allí todos los años el Via Crucis, tradición que ha continuado hasta nuestros días. Un gran amor impulsó tu gran obra: la Inmaculada Virgen María. Lograste motivar al Papa para que haga un "referéndum" entre todos los obispos del mundo para que se proclame el dogma de la Inmaculada Concepción. Este deseo se hizo realidad años después de tu muerte.
Radio Vaticano
EWTN
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