Hace ya varios años que el libro El monje que vendió su Ferrari hizo furor en las listas de superventas. Robin Sharma se convirtió es uno de los nuevos gurús de temas de liderato, crecimiento personal y gestión empresarial de los que tanto gusta el mundo anglófono.
Resulta que el famoso escritor y pensador va a hacer una visita a África del este y ya se anuncian por todos sitios la conferencia que va a impartir en Kenia a principios de marzo, lo cual me parece muy bien porque creo que es necesario que la gente, los ejecutivos y los líderes naturales o elegidos de esta sociedad puedan beneficiarse de los pensamientos de alguien con ideas y con iniciativas.
Lo que me ha llamado la atención no ha sido ni el tema de la conferencia, ni el bombo que se le está dando al personaje, sino el hecho que cada asistente a la misma tenga que aflojar cartera hasta el punto de tener que apoquinar 650 euros del ala (16% de IVA no incluido, para más inri) para poder ver al menda. Dios mío, ni que fuera el sursum corda con toda la corte celestial y con menú de gloria bendita incluida.
Como digo, no me parece mal que estos "gurús" vengan de gira a países con grandes problemas de pobreza (un 60 % de la población vivía con menos de un dólar al día cuando todavía ni se hablaba de crisis y no sé cuántos serán ahora, pero seguro que más) pero sí considero inmoral y poco ético que venga por estos lares cobrando a la gente lo mismo que cobraría en Sydney, Nueva York o Tokio, por poner unos ejemplos. Creo que eso dice ya de por si bastante de la persona y de sus principios y claramente estos suenan a dinero contante y sonante. A mí se me caería la cara de vergüenza, obviamente a él no le pasa lo mismo... qué suerte tienen algunos.
Seguro que habrá quien me dirá que estamos en una sociedad de libre comercio, donde prima la ley de la oferta y la demanda y que mientras haya quien lo pague él tiene derecho a pedir lo que le dé la real de la gana. Sin embargo, eso no quita para que nosotros, pobres e ignorantes mortales, podamos utilizar nuestro derecho al pataleo y digamos claramente que esto parece más bien un atraco a mano armada y más aún en un sitio donde el conferenciante, si es sensible a la situación del país, debería dar oportunidad para que personas de mucho menor poder adquisitivo pero con posibilidades de incidencia en esta sociedad pudieran beneficiarse de sus enseñanzas.
Los medios de comunicación nos traen cada día ejemplos de pequeños empresarios (especialmente empresarias) que están llevando a cabo iniciativas comerciales y financieras muy importantes y que, habiendo partido de la nada, ahora dan trabajo a cientos de personas. Sin duda que a este tipo de personas les vendría genial el participar en un curso así, pero gastar 650 euros en un único día estará obviamente al alcance solo de las empresas más punteras y selectas y de sus respectivos ejecutivos.
Me parece de cajón que tuviera un gesto de acercamiento y salir al encuentro de otros ejecutivos, más aún teniendo en cuenta las consecuencias positivas que podría tener para una sociedad asolada no solo por la crisis financiera mundial, sino también en particular por la gran subida de precios de alimentos básicos que ha puesto contra las cuerdas a millones de economías domésticas.
Obviamente, esta situación no va con él ni con sus enseñanzas. Atendiendo a la trayectoria que lleva el buen hombre y con los precios que pone, la venta del dichoso Ferrari le ha salido pero que muy ventajosa ¿no creen?
Alberto Eisman
Jaén, 1966. Licenciado en Teología y máster en Políticas de Desarrollo. Ha sido director de país de Intermón Oxfam para Sudán donde se ha encargado de la coordinación de proyectos en Nairobi y Wau.
Muzungu
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