Ya era hora que nuestros políticos comenzaran a dimitir como sucede en el resto del mundo civilizado. Sin duda la conicidencia en la caza es sólo una anécdota. Pero una anécdota vergonzosa. No tanto porque Garzón y Bermejo se vieran en varias cacerías, lo mismo que podrían encontrarse en una corrida de toros o un partido de fútbol. Si no porque ese espectáculo suntuoso de famosos personajes cazando, que se remonta a tiempos de Carlos V y el general Franco no resulta edificante para un país en crisis que va hacia cuatro millones de parados.
Esto permitirá que se investigue a todos los corruptos, sean del PP, del PSOE o de IU. Hay que sanear la política.
Es cierto que vivimos tiempos inciertos. Pero aquí hay mucha gente que se guarda las cartas y barre hacia dentro. En Estados Unidos (EE.UU.) el desprestigio alcanzado en los años treinta del pasado siglo, fue tal que el presidente, F.D. Rooselvet se vio obligado a salir al paso con esta recomendación: “Tenemos que luchar para que la palabra político deje de ser un insulto”. Otro presidente más próximo, Nicolás Sarkozy, viene a decir lo mismo al señalar a los políticos como los principales culpables de la crisis mundial. Sostiene que en todos los países hay mecanismos reguladores, que son responsabilidad del gobierno, los cuales deberían haber controlado a los bancos ya los mercados financieros, pero esos controles han fallado. Según el presidente francés faltó el control ético y riguroso que los gobiernos deberían haber ejercido sobre unos responsables del sistema financiero que han ido demasiado lejos y que deben ser “sancionados financieramente” porque “la impunidad sería inmoral”.
Cuesta hoy aproximarse mínimamente a la verdad hasta en la más obvia sección de sucesos. En el caso de Marta, la chica asesinada en Sevilla, todavía hay brumas, cabos por atar, cadáver por encontrar, cuando el asesino ha confesado su crimen. Una historia escalofriante, que oculta un submundo juvenil y parece arrancada de una torpe serie rodada para televisión.
¿Y el último episodio de los lefebvrianos? Este cronista vio cómo Lefebvre tenía en la puerta un coche de matrícula vaticana hasta el último momento, para que no consumara el cisma ordenando obispos, porque era amigo personal de Juan Pablo II de los tiempos del Concilio, una misericordia que nunca se practicó con la Teología de la Liberación. El Vaticano, sobre todo Castrillón Hoyos, no parece haber aprendido que estos señores además de ultraconservadores anticonciliares son duros de mollera.
Entre los cuatro obispos nombrados por Lefebvre a los que el Papa levantó la excomunión, ¿ignoraba que estaba Richard Williamson, quien sostiene que no hubo cámaras de gas en los tiempos de Hitler. ¿Había el Papa rehabilitado a un negador del Holocausto? Era algo que muchos católicos alemanes no podía comprender. ¿Pidió Williamson disculpas al Papa por las molestias causadas? Hans Küng, teólogo de Tubinga, respondía así a una emisora: “De ninguna manera. Williamson no se disculpó con aquellos con los que debía disculparse, los judíos, sino con el Papa. Y eso también de forma vaga. Por lo demás, no se trata sólo del tema del Holocausto, sino de todo lo relativo al Concilio Vaticano II, con el cual esta Fraternidad Pío X no se declara conforme en puntos esenciales, como la libertad religiosa, el decreto sobre los judíos, sobre el ecumenismo y otras cosas”.
Hoy sabemos que la mentira han sobrevivido oculta durante décadas entre los Legionarios de Cristo, con un líder fundador como Marcial Maciel, que además de pederasta se descubre ahora mujeriego empedernido y padre de una hija. Para su sobrino Alejandro Espinoza, el conocimiento de la amante e hija “es sólo una cortina de humo para que no se conozcan sus verdaderos crímenes”, entre los cuales se encontraría, según comentó, drogadicción, contactocon el narcotráfico, lavado de dinero y hasta un homicidio. De esto sabe mucho mi colega de blog José Martínez de Velasco, que ha publicado un par de libros sobre los legionarios y hasta recibido amenazas por ellos.
Tanta confusión turba. Pero contiene una enseñanza, la de Rosalía de Castro: “De este mundo en la comedia / eterna, vienen y van / bajo un mismo velo envueltas / la mentira y la verdad; / por eso al verlas el hombre / tras del mágico cendal / que vela la faz de entrambas, / nunca puede adivinar / con certeza cuál es de ellas / la mentira o la verdad.´” Hay que tener paciencia, hay que esperar a la hora de la siega, como aconseja Jesús en la parábola del trigo y la cizaña.
Pedro Miguel lamet
"El alegre cansancio"
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