28 de octubre
Miércoles XXX
Lc 6, 12-19 Pasó la noche orando a Dios
Hazme, Señor, un hombre de oración. Úneme a tu oración silenciosa, en soledad. A tu oración abandonada y confiada en manos del Padre. A tu oración sencilla, sin palabras, confiada. A los latidos de tu corazón orante. Úneme a ti, Dios mío, para que desaparezca en ti y sea manifestación de tu evangelio, de la buena noticia de tu amor y salvación en el mundo.
Luis Fernando Crespo SM
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