Teresa Forcades i Vila
Propagándose con más rapidez que la de por sí veloz gripe, todo el mundo ha echado un ojo al vídeo o está a punto de hacerlo (www.vimeo.com/6790193).
Su protagonista, para sorpresa de muchos, es una monja benedictina de 43 años, catalana, residente en Montserrat y doblemente doctora en salud pública y teología. Sus escritos exploran los desmanes de la industria farmacéutica, el feminismo o el sentido de la trinidad en nuestros días, a saber, un abanico ciertamente plural. Sin embargo, el meollo de lo que esta aparición pública nos hace caer en la cuenta como cristianos, lo hallaremos reparando en otras perspectivas. ¿Dónde reside, pues, su novedad?
Uno, la identificación explícita con Cristo no supone en absoluto un obstáculo para utilizar con rigor el lenguaje de la ciencia cuando se habla de un tema científico. Dos, el objetivo de fondo para terciar en el debate se inserta en la denuncia evangélica de las estructuras de poder (económicas, políticas, empresariales), allí donde la persona es presa apetecible para la instrumentalización (el votante, el cliente, el conejillo de indias) en vez de tierra sagrada a proteger. Y tres, da gusto ver a gente de Iglesia utilizar con inteligencia los recientes canales abiertos a la comunicación por las nuevas tecnologías. Eso sí, sofisticación, cero. Todo excusable, incluido algún dato erróneo, si por fin como Teresa damos pasos cualitativos en la forma y modo de presentarnos al mundo.
Luis Carlos
pastoralsj
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