Hay veces en que uno vive por inercia, por rutina, por costumbre. Incluso al empezar un curso –ahora en España estamos empezando- tienes algunas metas, pero también das por sentado unas cuantas cosas. –y en ocasiones faltan las ganas, los sueños...
Y, sin embargo, si hay algo muy humano es esa capacidad para perseguir algo; es la intensidad con que podemos anhelar; y es la tenacidad con que podemos luchar por aquello (o por aquellos) que de verdad nos importa. Merece la pena aspirar a algo, aunque a veces nos falten los ánimos o los motivos
pastoralsj
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