(Vida Nueva) Los últimos escándalos de corrupción en la clase política a los que estamos asistiendo en España –pero no sólo– dan pie para reabrir un debate tan interesante como eterno: ¿el poder corrompe? José Rubio, catedrático de Ética y Filosofía Política en Málaga, y Rafael Manuel Fernández, secretario de organización del partido PUM+J, reflexionan en los ‘Enfoques’ sobre la necesaria regeneración de un oficio que ha perdido credibilidad. Ambos constatan que, desgraciadamente, la imagen de los políticos actuales está desprestigiada por culpa de los numeros casos de corrupción que se han destapado, lo que lleva a José Rubio a concluir que “la democracia realmente existente también es un régimen político deficiente”. Por su parte, Rafael Manuel Fernández cree que es posible y necesaria “una vuelta a los valores políticos que los grandes partidos han abandonado hace tiempo: coherencia, transparencia, debate de ideas, democracia, en definitiva, servicio a la sociedad“.
José Rubio Carracedo se centra en su reflexión en lo que él llama la “corrupción invisible”, que, a diferencia de la urbanística, afecta a las estructuras y a la misma legislación, por lo que “no es percibida ni sentida como tal por la inmensa mayoría”, y cuando se percibe “se considera normal, inevitable, asumible, etc”. El catedrático intenta ir al origen de ciertos comportamientos de los partidos políticos, que “’venden‘ a los electores sus listas electorales (…) y su programa mediante las promesas electorales para conseguir más votos, sin sentirse obligados a cumplirlas, o cumpliendo sólo algunas de ellas”; todo ello para conseguir el poder. El por qué de esta realidad está claro, según Rubio: “Porque con el poder viene todo lo demás: prestigio social, fama, riqueza, influjos, etc.”. Pero ello no sería posible –estima el catedrático de Ética– si los partidos no contaran con la “complicidad” de otros sectores de la sociedad: “El cuarto poder (los medios de comunicación) se alinea cada vez con más descaro con uno u otro de los partidos mayoritarios. Resulta decisiva la ausencia de cultura democrática y su estructura de oportunidad política para la corrupción”
El secretario de Organización del Partido Por Un Mundo Más Justo, (PUM+J), Rafael Manuel Fernández, está convencido de que “la Política debe ser una vocación, un espíritu de servicio hacia los demás, una forma de servir”. Por eso, frente a “políticos que vienen a servirse y medrar en la política y que se la plantean como una profesión, como un método para conseguir poder económico o social”, él propone “una regeneración política, una vuelta a los orígenes, al principio de la democracia“, a lo que añade que “es en esta realidad política donde partidos como Por Un Mundo Más Justo (PUM+J) pueden aportar esos aires renovados que todos estamos deseando”. Entre los valores que PUM+J cree necesario recuperar están: “La Coherencia frente a tanto doble mensaje”, la “Transparencia frente a la opacidad de las decisiones que los políticos toman en nuestro nombre, pero sin consultarnos” y el “Servicio frente a profesionalización; participamos en la política no para vivir de ella, sino porque creemos que es posible una sociedad distinta, a la que queremos servir”.
Más información en el nº 2.680 de Vida Nueva.
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