"Ponen gente y pagan la fiesta"
"Rouco se ha echado en sus manos y no ha sabido aglutinar a las demás diócesis en posición de igualdad"
Empezó hace unos años como un claro acto reivindicativo contra el Gobierno socialista. La misa de las Familias en Colón (y, en Plaza de Lima, el año pasado) fue idea de Kiko Argüello, cogida al vuelo por el cardenal Rouco, enfrascado, en aquel entonces, en la teoría de echarle un pulso al Gobierno y propiciar la vuelta del PP al poder. Poco a poco, al paso de los años y de las circunstancias políticas, el cardenal de Madrid ha querido reconvertir el evento en una fiesta europea socio-religiosa de la familia. Para conseguirlo tuvo que echarse en manos de los Kikos. Y el peaje que está pagando es que la misa de Colón ha pasado a ser la misa Kika de las familias.
Por mucho que digan que la familia se acaba, lo cierto es que en España es siempre la institución más valorada (mientras la Iglesia ocupa el último lugar, junto a los políticos). Y goza de muy buena salud. De hecho, es España el único país con un movimiento familiar católico suficientemente fuerte para salir a la calle con garantías de número y presencia pública.
Los movimientos familiares católicos son muchos, pero muy dispersos. Y con interses no siempre coincidentes ni siquiera dentro de la galaxia más conservadora. De hecho, en esta edición del encuentro de Colón ya se han descolgado algunos de ellos, como Hazte Oír (Arsuaga), Profesinales por la Ética (Urcelay)o el Instituto de Política Familiar (Hertfelder). La 'trinidad' del Yunque español quería más caña de Rouco a ZP. Pero el arzobispo de Madrid necesita a Zapatero para la Jornada Mundial de la Juventud (su obsesión y el broche de oro de su carrera) y ha lanzado la consigna de evitar la confrontación directa con los socialistas.
Siemmpre tan persoanlista, Rouco tampoco ha sabido aglutinar a las demás diócesis en posición de igualdad. De hecho, asisten muchos obispos (50 en esta edición), pero pocos fieles de las demás diócesis españolas. Porque los curas no movilizan a sus parroquias. No consideran la misa de Colón como algo suyo. Es de Rouco y, sobre todo, de los Kikos.
Los seguidores de Kiko Argüello están copando la celebración. Por su asistencia numerosa (algunos hablan de más de cien mil Kikos), por su fervor contagioso o por sus familias numerosas. Y por la estética neocatecumenal omnipresente en el altar. Y por la música, totalmente neocatecumenal, cantada, dirigida e interpretada por el propio Kiko Argüello, que estrenó en vivo y en directo, con su voz desgarrada y cascada, la canción de su nuevo disco, “Paloma incorrupta”, dedicado a la Virgen.
Pero Rouco no tiene más remedio que echarse en sus manos. Le dan gente (movilizan unas cien mil personas) y le pagan la fiesta. "El año pasado, los neocatecumenales entregaron medio millón de euros para costear la fiesta de la familia, pagando así la mitad de lo que nos costó", reconocía hace unod días María Rosa de la Cierva, mano derecha del cardenal madrileño. Y este año harán más o menos lo mismo, aunque tendrán que aportar mucho menos. Y es que los organizadores, dada la crisis actual, han recortado los gastos a la mitad. "El coste aproximado será de medio millón de euros", reconoce María Rosa. El resultado es obvio: de misa de las familias a misa Kika. Están en su derecho. El que paga exige.
José Manuel Vidal
Por mucho que digan que la familia se acaba, lo cierto es que en España es siempre la institución más valorada (mientras la Iglesia ocupa el último lugar, junto a los políticos). Y goza de muy buena salud. De hecho, es España el único país con un movimiento familiar católico suficientemente fuerte para salir a la calle con garantías de número y presencia pública.
Los movimientos familiares católicos son muchos, pero muy dispersos. Y con interses no siempre coincidentes ni siquiera dentro de la galaxia más conservadora. De hecho, en esta edición del encuentro de Colón ya se han descolgado algunos de ellos, como Hazte Oír (Arsuaga), Profesinales por la Ética (Urcelay)o el Instituto de Política Familiar (Hertfelder). La 'trinidad' del Yunque español quería más caña de Rouco a ZP. Pero el arzobispo de Madrid necesita a Zapatero para la Jornada Mundial de la Juventud (su obsesión y el broche de oro de su carrera) y ha lanzado la consigna de evitar la confrontación directa con los socialistas.
Siemmpre tan persoanlista, Rouco tampoco ha sabido aglutinar a las demás diócesis en posición de igualdad. De hecho, asisten muchos obispos (50 en esta edición), pero pocos fieles de las demás diócesis españolas. Porque los curas no movilizan a sus parroquias. No consideran la misa de Colón como algo suyo. Es de Rouco y, sobre todo, de los Kikos.
Los seguidores de Kiko Argüello están copando la celebración. Por su asistencia numerosa (algunos hablan de más de cien mil Kikos), por su fervor contagioso o por sus familias numerosas. Y por la estética neocatecumenal omnipresente en el altar. Y por la música, totalmente neocatecumenal, cantada, dirigida e interpretada por el propio Kiko Argüello, que estrenó en vivo y en directo, con su voz desgarrada y cascada, la canción de su nuevo disco, “Paloma incorrupta”, dedicado a la Virgen.
Pero Rouco no tiene más remedio que echarse en sus manos. Le dan gente (movilizan unas cien mil personas) y le pagan la fiesta. "El año pasado, los neocatecumenales entregaron medio millón de euros para costear la fiesta de la familia, pagando así la mitad de lo que nos costó", reconocía hace unod días María Rosa de la Cierva, mano derecha del cardenal madrileño. Y este año harán más o menos lo mismo, aunque tendrán que aportar mucho menos. Y es que los organizadores, dada la crisis actual, han recortado los gastos a la mitad. "El coste aproximado será de medio millón de euros", reconoce María Rosa. El resultado es obvio: de misa de las familias a misa Kika. Están en su derecho. El que paga exige.
José Manuel Vidal
RD
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