Hoy, 05 de Enero, la Iglesia conmemora el tránsito a Dios de SAN JUAN NEPOMUCENO NEWMANN en el aniversario de su imprevista muerte ocurrida en un día como hoy del año 1860 en una calle de Filadelfia en Estados Unidos. Originario de Bohemia, en la ciudad de Prachatitz, viajó a América en donde Ingresó a la orden de los redentoristas, siendo luego, nombrado obispo de Filadelfia. En 1977 el Papa Pablo VI lo declaró Santo. Sus restos reposan en la Iglesia de San Pedro de los Redentoristas en esta ciudad. Unidos, pues, a la Familia Redentorista y a la Iglesia de América brindemos nuestro devoto aplauso a San Juan Nepomuceno Neumann.
Meditación
QUERIDO SAN JUAN NEPOMUCENO NEWMANN: Recordar tu vida es ver al ardiente misionero, que ya desde su formación en el Seminario de Praga, sintió arder en su corazón el zelo apostólico por las misiones. Tus deseos se hacen realidad cuando te destinan a América para trabajar con los inmigrantes Alemanes. Dices adiós a tu patria y emprendes la aventura de tu vida. En efecto, te encontramos en la región de las cataratas del Niágara, dedicado con entusiasmo, al ministerio de la palabra, al trabajo en las parroquias, a la formación de la juventud en las escuelas, a la construcción de Iglesias y a la promoción del culto divino. Los más queridos de tu corazón apostólico fueron los huérfanos y los necesitados, para quienes fundas el "Instituto de las Hermanas de la Escuela de Nuestra Señora", con la regla de la tercera orden franciscana. Pero la gracia de Dios no se detuvo aquí sino que te impulsó a ingresar en la Congregación de los Redentoristas y siendo fiel a ella, aceptas años más tarde ser nombrado obispo de Filadelfia. En cada una de tus acciones pastorales salía a relucir con claridad el sello del fundador de los redentoristas: San Alfonso María de Ligorio. Tu corazón de pastor arde con el deseo de atender a todos, pero de manera especial a los pobres, "a los más pobres en todos los sentidos", como tu solías repetir. En fin, después de fundar más de 100 Iglesias y no menos de 80 escuelas, de ser incansable viajero por toda tu diócesis, después de solo 8 años de episcopado, caminando un día por una de las calles de Filadelfia, caes completamente exhausto. Viniendo del trabajo y caminando hacia el trabajo, te sorprendió la muerte y te condujo por la calle que te llevó hasta el misterio de Dios, que tu tanto amaste y predicaste.
Radio Vaticano
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