Wednesday, February 21, 2007

Un momento para la oración



Marcos 6,1-6
Al irse Jesús de allí, volvió a su tierra, y sus discípulos se fueron con él. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga y mucha gente lo escuchaba con estupor. Se preguntaban: «¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué pensar de la sabiduría que ha recibido, con esos milagros que salen de sus manos? Pero no es más que el carpintero, el hijo de María; es un hermano de Santiago, de Joset, de Judas y Simón. ¿Y sus hermanas no están aquí entre nosotros?» Se escandalizaban y no lo reconocían. Jesús les dijo: «Si hay un lugar donde un profeta es despreciado, es en su tierra, entre su parentela y en su propia familia». Y no pudo hacer allí ningún milagro. Tan sólo sanó a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos. Jesús se admiraba de cómo se negaban a creer.
¿Qué me estás diciendo, Señor?

Pensamientos sobre el pasaje de hoy

En este día en que las cenizas nos recuerdan nuestra mortalidad, el Evangelio recuerda el fuerte rechazo que Jesús sufrió en su tierra natal. Cuando lo llamaron "el hijo de María" significó que José ya había muerto. Sus vecinos dijeron:"¿No es éste el carpintero?" La palabra "tecton" significa más que un aprendiz, sino que un artífice, un constructor, diestro con sus manos y su mente. No podían aceptar que esas manos tuvieran el poder que les contaban.

Al mirar a Jesús en la sinagoga y escuchar a sus críticos, ¿qué es lo que siento?
De Espacio Sagrado

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