Silencio y desierto rodean mi vida, trabajo y plegaria la llenan...
Donde mi espíritu reposa lleno de renovada alegría.
Mirad, no tengo ni esposa ni hijos, muros encierran mi celda;
mas abre en mí la puerta del Paraíso.
No doy testimonio con palabras,
pero mis voces aturden al mundo.
Dialogar no es mi ocupación:
Dios me encadena a su silencio.
Para nada más sirves ya,
en la Cartuja hoy, si Él te da la vocación."
Un monje
Un monje
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