Las escasas lluvias y el aumento del precio del arroz han contribuido a incrementar la malnutrición a niveles alarmantes en tres regiones de Senegal. Tras una evaluación realizada el pasado mes de julio por Naciones Unidas y el ministerio de sanidad senegalés, el Gobierno ha confirmado la crisis alimentaria en tres de las cinco regiones investigadas, siendo la más crítica Matam, donde el 17 por ciento de los niños supervisados, menores de cinco años, padecen de desnutrición.
El estudio se llevó a cabo en Matam, Gossas, Guinguineo, Sedhiou y Goudomp. Las regiones de Matam, Guinguineo y Goudomp necesitan asistencia alimentaria inmediata, mientras que las otras dos regiones requieren supervisión continuada.
Youssouf Gaye, jefe de la división de Alimentación, Nutrición e Infancia del ministerio de sanidad senegalés, dijo a la agencia de noticias de Naciones Unidas IRIN que Matam era la región más afectada. De los 670 niños sobre los que se hizo el estudio, 117 están desnutridos.
Gaye dijo que, como ha sucedido en otras partes del país, los residentes de Matam han tenido cosechas muy pobres y han padecido el incremento de los precios de los alimentos.
El precio local del arroz se ha incrementado en un 74 por ciento durante los últimos dos años, según informó el Gobierno de Senegal. A esto se suma que hay menos arroz accesible, ya que países exportadores de este cereal, como Malí, Vietnam o Tailandia, han dejado de exportar para poder alimentar a sus propios habitantes.
Las pocas lluvias han incrementado los altos niveles de hambruna en todo Senegal, donde la agricultura es la base para el 85 por ciento de las comunidades rurales.
Las aldeas rurales de Matam, junto a la frontera con Mauritania, tiene los mayores niveles de pobreza del país. Según el Fondo Internacional de Naciones Unidas para el Desarrollo Agrícola las lluvias se han reducido a la mitad durante las últimas tres décadas en la región de Matam, provocando que los ríos se sequen y los cultivos carezcan del agua necesaria.
“Los niños desnutridos no pueden seguir el proceso educativo del mismo modo que los que están bien alimentados”, dijo Gaye, subrayando que los menores sin suficiente alimento son más vulnerables a las enfermedades.
En 2001, los países miembros de Naciones Unidas acordaron reducir la pobreza extrema y el hambre a la mitad en 2015. En aquel año el 23 por ciento de la población de Senegal sufría malnutrición. Para lograr este objetivo, Senegal necesitaría mejorar la nutrición de un millón y medio de personas, según los cálculos de la Universidad de Columbia.
Mundo Negro
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