Hoy se cumplen 30 años de la muerte de Juan Pablo I, el cuarto pontificado más breve de la historia. Según fuentes oficiales, murió de un infarto 33 días después de ser elegido Papa de la Iglesia Católica, sin embargo, son muchas las incertidumbres que rodean las causas de su muerte.
Las pretensiones del Papa de profundizar en la clarificación de las cuentas vaticanas, una de las principales prioridades de su papado, se sitúa como la causa de las teorías que hablan de homicidio.
Albino Lucciani, primer Papa nacido en el siglo XX, adoptó el nombre de Juan Pablo I como homenaje a sus dos predecesores, Juan XXIII y Pablo VI. Precisamente fue el primero el encargado de realizar la venta del Banco Ambrosiano, propiedad del Vaticano, hecho que generó las primeras desavenencias de Lucciani con el estadounidense Paul Marcinkus, Presidente del Banco Vaticano.
Al ser nombrado Papa Juan Pablo I, muchos especulaban que una de sus primeras iniciativas sería la de destituir a Marcinkus, por su gestión opaca de las cuentas y sus relaciones con el presidente del Ambrosiano, Roberto Calvi, miembro de una logia masónica llamada Propaganda Dos (P2) y con la mafia italiana. Precisamente a todos ellos señalan como responsables de su muerte quienes no creen en la versión oficial.
'Hoy, 29 de septiembre de 1978, en torno a las 05.30, el secretario particular del Papa, reverendo John Magee, al no haber encontrado al Santo Padre en la capilla del apartamento privado, como era habitual, lo ha buscado en su estancia y lo ha encontrado muerto, en el lecho, con la luz encendida, como si estuviese aún inmerso en la lectura, se decía en la nota del portavoz vaticano, padre Romeo Panciroli, que informaba de la muerte del Pontífice.
Existen aspectos de esta versión oficial que han sido desmentidas más tarde. Para empezar, el propio obispo irlandés John Magee confirmó diez años después, en 1988, que no fue el primero en hallar el cadáver del Pontífice, sino una monja encargada del trabajo doméstico.
En segundo lugar el médico privado, doctor Renato Buzzonetti, avisado inmediatamente, según el comunicado, "constató el fallecimiento, producido presumiblemente hacia las 23.00 horas de ayer (28 de septiembre) y ha diagnosticado una muerte repentina debido a un infarto agudo de miocardio". Un grupo de católicos españoles liderados por el sacerdote y teólogo Jesús López Sáez pidió que se aclaren las razones del deceso del Papa Luciani porque “es improbable que hubiera muerto por una afección cardiaca”. En su opinión “sin antecedentes coronarios y sin autopsia oficial no se puede sostener la tesis del infarto”.
La falta de autopsia es la última sombra en lo referente a los sucesos que rodearon la muerte del Papa, actualmente en proceso de beatificación después de que un jornalero soñase una noche con Juan Pablo I, quien le pidió que no dudara y que creyera que iba a sanar.
Lo cierto es que según aseguró su hermano Eduardo Lucciani, en una entrevista publicada por la revista semanal italiano “Chi”, Sor Lucía, la religiosa portuguesa testigo de las apariciones de la Virgen en Fátima (Portugal), comunicó al entonces cardenal Albino Luciani que su pontificado sería breve.
Periodista Digital
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