Las monjas tenemos la costumbre de pasar el último día del año de retiro. Toda una jornada para interiorizar y reflexionar en lo acontecido durante el año y hacer “balance” de lo que hemos hecho o dejado de hacer durante los 365 días pasados.
No es por llevarle la contraria a la sociedad, pero frente a la locura de los preparativos, reservas de hoteles y restaurantes, trajes de lentejuelas, etc. optamos por una forma diferente de acabar el año: silencio, paz, sencillez, oración.
Pero me estoy dando cuenta que en ciertos sectores de la sociedad, personas sin una consagración especial, personas de a pie, también están empezando a añorar en cierta manera este clima de sosiego y tranquilidad. No son pocas las personas que se han acercado al monasterio para pedirnos una hora de oración compartida antes de comenzar el ajetreo de la tarde-noche; sienten la necesidad de pacificar su interior y dar gracias a Dios de una manera especial en un ambiente de recogimiento y oración. Necesitan de ese “espacio” que nosotras le ofrecemos para evitar la dispersión interior y afrontar con fuerzas renovadas el ruido y el bullicio que lleva consigo un 31 de diciembre.
Yo misma me siento renovada al poder compartir el fruto de un día de retiro con las personas que “necesitan” de nuestra oración e intercesión. Así que a media tarde, en presencia del Señor Jesús, nos uniremos al gozo de todos los que con optimismo e ilusión iniciarán el Nuevo Año, también a la decepción y tristeza de aquellos que el comienzo del Nuevo Año les suponga una “carga que soportar”.
Nuestra presencia orante se hará patente en todas las personas que sepan cerrar los ojos aunque sea un instante, buceen en su interior, y busquen el centro de sí mismos –donde habita Dios-. Os invito a que con un gesto de amor hacia nosotro/as mismo/as y hacia lo/as demás nos unamos, -no de manera protocolaria- sino con sinceridad y verdad, todo/as lo/as que deseamos un Año Nuevo “distinto”, un 2009 donde la armonía, la gratitud, la gratuidad y el deseo de ser mejores resplandezca en nuestras vidas.
¡FELIZ ANO NUEVO 2009!
Máriam Mudarra
Del Blog "Vivir contemplativamente, una forma distinta de afrontar la vida"
Religión Digital
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