(Antonio Pelayo- Corresponsal de Vida Nueva en Roma) El 21 de enero de 2009, Benedicto XVI anunciaba el levantamiento de las excomuniones a los cuatro obispos consagrados por monseñor Marcel Lefebvre el 30 de junio de 1988. Durante más de dos décadas, se ha ido escenificando la ruptura entre el movimiento lefebvrista y la Santa Sede, pero también los afanes de los sucesivos Papas por impedir que un nuevo cisma pusiera en peligro la unidad de la Iglesia.
Ahora que, por desgracia, parece confirmarse el resultado negativo del último intento de recuperar para la unidad de la Iglesia a la Fraternidad San Pío X, no está de más echar la vista atrás para estudiar los citados acercamientos que los pontífices Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI han protagonizado para evitar esa ruptura.
Estas páginas no pretenden ser, sin embargo, una historia completa del movimiento ultra-tradicionalista surgido después del Concilio Vaticano II. Existen ya en el mercado diversas obras que lo han analizado y estudiado desde sus posibles angulaciones históricas, dogmáticas, jurídicas o litúrgicas.
Las hay para todos los gustos: favorables o críticas. Entre las primeras, citaré la Lettre ouverte aux catholiques perplexes (Carta a los católicos perplejos), de monseñor Marcel Lefebvre, publicada en 1985 por la editorial Albin Michel; o Monseigneur Lefebvre,vignt ans de combat pour le sacerdoce et la foi (Monseñor Lefebvre, veinte años de combate por el sacerdocio y la fe), del abbé Denis Marchal, miembro de la Fraternidad, en Les Nouvelles Editions Latines (1988).
Sólo pretendo ofrecerle al lector una síntesis de los esfuerzos llevados a cabo por los Papas antes y después del 30 de junio de 1988, día en el que monseñor Lefebvre dio el paso fatídico de consagrar obispos a cuatro de sus sacerdotes: Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y el español Alfonso de Galarreta, abriendo un nuevo cisma en la bimilenaria historia de la Iglesia.
Vida Nueva
Publicado el 27.03.2009
No comments:
Post a Comment