El Cardenal Francisco Javier Errázuriz, Arzobispo de Santiago, ordenó sacerdote a Jorge Merino y diáconos en tránsito a Pablo Arteaga, Pablo Guzmán y Juan Ortiz. En la ceremonia recalcó que el sacerdocio es un camino de felicidad y recordó que deben ser también discípulos misioneros por desborde de gratitud y alegría.
“Hoy es un día de mucha alegría para nuestra Iglesia diocesana. Dios ha llamado a hermanos nuestros para que puedan servir a su pueblo en el sacerdocio y algunos, por ahora, en el diaconado. De esa manera Dios quiere bendecir a nuestra Iglesia tanto en este día de Gracia como en el ministerio que ellos van a ejercer” señaló el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, Arzobispo de Santiago, al comienzo de la Eucaristía en que confirió el orden sacerdotal a Jorge Merino y el orden diaconal a Pablo Arteaga, Pablo Guzmán y Juan Ortiz. La misa, celebrada en la Catedral Metropolitana, fue presidida por el Cardenal Errázuriz y concelebrada por los Obispos Auxiliares de Santiago Monseñor Andrés Arteaga y Monseñor Fernando Chomali; el rector del Seminario Pontificio Mayor, Monseñor Fernando Ramos; miembros del Cabildo Metropolitano; Vicarios Episcopales y sacerdotes. A la Eucaristía asistieron emocionados familiares y alegres fieles de las distintas comunidades en las que se desempeñan y de las que provienen. Entre ellas las parroquias Sagrado Corazón, María Misionera, San Vicente de Paul, Nuestra Señora del Carmen de Lampa, Santa Rosa de Lo Barnechea y la Obra de María, perteneciente al Movimiento de los Focolares.
Agradecimientos
Antes de que la Eucaristía terminara, el Padre Jorge Merino fue el encargado de agradecer a nombre de sus compañeros y suyo a todos quienes le acompañaron tras la etapa de discernimiento y en los más de siete años de formación en el Seminario Pontificio. Las primeras palabras del novel sacerdote fueron: “Hemos escuchado en el Evangelio de hoy ‘Ustedes son la luz del mundo’, por eso queremos agradecer en primer lugar a Dios por el inmerecido don de llamarnos a iluminar a nuestros hermanos con la luz de Cristo a través del ministerio diaconal y sacerdotal”. Agregó: “Gracias Señor Cardenal por la imposición de manos a través de la cual hemos recibido el sacramento del orden. De manera especial queremos agradecer a nuestras familias, muy en particular a nuestros queridos padres que nos han acompañado siempre con su oración y su cariño, su testimonio ha sido fundamental en nuestra vocación. Un especial recuerdo a la señora Carmen Echeverría, madre del diacono Pablo Arteaga, quien confiamos está en el Reino de los Cielos gozándose con la ordenación de su hijo. Queremos agradecer al Seminario Pontificio Mayor en la persona de su rector, el Padre Fernando Ramos, gracias a los formadores, seminaristas y a todos quienes trabajan allí. De manera En especial al padre Rodrigo Polanco que fue rector del seminario por los siete años de nuestra formación”.
Finalmente el nuevo sacerdote y los tres nuevos diáconos se dispusieron en distintos lugares de la Catedral Metropolitana para recibir la gran cantidad de saludos y felicitaciones que los fieles y parientes les entregaron.
Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 28/03/2009
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