En la cadena SER ha estado Andrés, el niño que ha conseguido curarse de la grave enfermedad que padecía gracias al nacimiento de su hermano y que fue seleccionado genéticamente."Hermanos de sangre". Así define Andrés la relación que le une con su hermano Javier. Una expresión infantil pero que según asegura su médico, el doctor Álvaro Urbano, define perfectamente la realidad. Javier, fue seleccionado genéticamente para salvarle la vida, y en estos momentos el 100% de la sangre de Andrés coincide genéticamente con la del pequeño.
Andrés sufría una anemia congénita severa. Entre 11 millones de candidatos no había ningún donante compatible con él, hasta que hace 5 meses nació su hermano Javier, seleccionado genéticamente. El hospital Virgen del Rocío de Sevilla consiguió trasplantar satisfactoriamente sangre de cordón umbilical del primer bebé libre de enfermedad hereditaria y compatible con su hermano. Se trata del primer procedimiento de este tipo en nuestro país sobre esta enfermedad.
A raíz de darse a conocer este avance médico, la Iglesia se pronunció condenándolo. La Conferencia Episcopal llegó a emitir una nota en la que aseguraban que con esta práctica se reducía al ser humano a la mera consideración de "producto de laboratorio", algo totalmente "inaceptable".
"Soy creyente... Dios ha querido que mi hijo naciera"
Soledad, la madre de Andrés y Javier, se autodefine como creyente, de ahí que no entienda las críticas que han llegado desde la Conferencia Episcopal.
"No lo comprendo. He dado una vida para salvar otra vida. Hay que ponerse en el pellejo de nosotros. No en el mío, sino en el de mi hijo que tiene 6 años y lo que se merece es estar en la calle jugando con sus amigos y no enchufado a una máquina", asegura Soledad.
"La valentía de una madre ha conseguido tener dos hijos sanos"
El doctor Álvaro Urbano, artífice de esta operación, tampoco entiende las objeciones que se han presentado desde algunos ámbitos. Aunque señala que en ningún momento se le presentaron "dudas éticas" sí puntualiza que las críticas "afectan siempre un poco".
"Yo estoy convencido de que si nosotros preguntáramos a la mayoría de los católicos qué opina, en la situación de Soledad, la inmensa mayoría diría 'yo haría lo mismo', estoy seguro de ello, así que, dudas, ninguna" ha señalado el doctor.
RD
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