CHAD
Capital: N´Djamena
Población: 11,087,698 h
Alfabetismo adulto: 26% Esperanza de vida: 51 años
Agua con la ayuda de todos
Algo está cambiando en Chad
La región Kwong se encuentra a unos 300 km de la capital de Chad, N’Djamena, y está constituida por unos 70 pueblos diseminados a lo largo de la sabana. Este aislamiento hace que
sea una etnia poco conocida en el mismo país y menospreciada, pues la consideran primitiva debido a la forma de vivir sus tradiciones.
Los Kwong se dedican a la agricultura de subsistencia y a la ganadería. La carencia de agua potable en la mayoría de los pueblos de la región Kwong provoca innumerables infecciones y
enfermedades intestinales a la población y constituye una de las causas más importantes de mortalidad infantil, en especial en los niños menores de 5 años que son los más vulnerables (al año mueren el 20,8%).
Desde hace años, las Misioneras de Cristo Jesús trabajan en esta zona del país con el apoyo de ONG como Pueblos Hermanos, para mejorar las condiciones de vida de la población.
Concretamente, entre el año 2004 y 2008 han contribuido, gracias a la aportación de numerosos donantes, a la compra de materiales para la construcción de 38 pozos de agua.
Como en todos los proyectos que ellas ponen en marcha, es imprescindible la corresponsabilidad de las comunidades destinatarias. Por eso, esta vez, cada pueblo que se ha beneficiado de los pozos ha colaborado en la mano de obra y el mantenimiento de los mismos.
Además, todos los pueblos han respetado el compromiso de que cada familia pagaría una cantidad de dinero al mes, con el fin de crear un fondo para hacer frente a las reparaciones
que fueran necesarias, ya que al estar muy aislados de las grandes ciudades, resulta imprescindible contar con piezas de repuesto y conocimientos técnicos para los arreglos.
Los frutos de este trabajo conjunto ya se están viendo. Con la higiene corporal han disminuido las enfermedades de la piel; gracias al agua potable son menos los casos de enfermedades
gastrointestinales y se ha reducido la mortalidad infantil causada por ellas. Además, las mujeres ya no tienen que ir lejos a buscar el agua y se abastecen rápidamente de ella en cantidad y calidad; la cría de los animales domésticos y del ganado trashumante ha mejorado por la facilidad de acceso al agua. El entorno también se ha transformado.
Hasta ahora, la mayoría de las casas estaban construidas con paja, una construcción que hay que rehacerla constantemente porque se debilita por la inclemencia climática y abriga todo tipo de insectos que transmiten enfermedades.
Ahora, donde hay pozos, se aprovechan las aguas residuales para hacer ladrillos de tierra e incluso hay quien los ha cocido para tener una construcción más sólida y duradera.
http://www.puebloshermanos.org.es/
Algo puede cambiar a tu alrededor
Los pueblos Kwong tienen dificultades para acceder al agua potable y han desarrollado incluso formas creativas de reutilizar el agua para aprovechar al máximo este bien cada vez más escaso. Nosotros sin embargo, abrimos un grifo sin esfuerzo y dejamos correr el agua sin utilizarla.
Tú puedes hacer cosas muy sencillas para que no se agote el agua dulce que tiene nuestro planeta: no emplees el inodoro como papelera; cierra el grifo al lavarte los dientes
o afeitarte; dúchate en vez de bañarte; pon la lavadora y el lavavajillas sólo cuando estén llenos...
Oración:
Señor, hoy me dices: “El que pierda su vida por
mí, la salvará”. El que deje de vivir centrado en sí
mismo y tenga en cuenta las necesidades de una
tierra y un mundo que sufre, alcanzará la felicidad.
Señor, ayúdame a vivir este compromiso con mi
entorno, hoy y cada día.
Lucas 9, 22-25
Fundación SM
Marianistas
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