España: Los obispos critcan el "despilfarro" en las Primeras Comuniones

Esperan que la crisis económica no afecte al sacramento

250.000 niños comulgan por primera vez cada año en España


La Subcomisión de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española (CEE) no cree que el profundo calado y el largo recorrido de la crisis económica que afecta a nuestro país vaya a interferir este año en la celebración religiosa del sacramento de la Primera Comunión, que reciben anualmente algo más de 250.000 niños. Lo cuenta Laura Daniele en ABC.


El director del secretariado de esta subcomisión, el padre Juan Ignacio Rodríguez Trillo, explicó que la recesión puede ser «una oportunidad» para que los padres «descubran que lo importante de la celebración de la Primera Comunión es la ceremonia religiosa y lo que supone para un niño el acontecimiento de recibir por primera vez al Señor, y no tanto la fiesta».


El excesivo protagonismo del que han venido gozando en los últimos años de bonanza económica el vestido, el convite y los regalos no ha sido una iniciativa impulsada por la Iglesia católica, según recuerda el padre Rodríguez Trillo, quien recuerda que dicha institución eclesial «nunca ha dicho que el traje, por ejemplo, tenga que ser de una determinada manera». «Ya en muchos lugares se va implantando un traje común, una túnica blanca para ese momento», comentó el sacerdote consultado por ABC.


Si bien el empeño de la Iglesia por desvincular la celebración religiosa de la fiesta viene de siempre, el padre Rodríguez Trillo insistió en que «realmente es desproporcionado lo que se está haciendo no sólo en las Comuniones sino también en los Bautizos porque la fiesta es relevante pero no tiene por qué dar lugar al despilfarro, por decirlo de alguna manera». En este sentido, insistió en que aunque es «muy normal que se quiera hacer una celebración, eso no significa que tenga que ser una comida en un restaurante o contar con una lista de regalos. «La crisis -añadió- puede ser una oportunidad para recordar a la gente que el sentido de la fiesta puede ser otro. Un acontecimiento familiar».


Ante la proximidad del mes de mayo, cuando suelen tener lugar la mayoría de estas ceremonias religiosas, el sacerdote apeló a la iniciativa y creatividad de las propias parroquias para dar soluciones a aquellos padres que sufren las consecuencias de la recesión y no pueden hacer frente a los gastos. «Pueden hacer celebraciones conjuntas en los salones parroquiales, como se hace en las confirmaciones. Reunirse en familia y hacer una fiesta con todos los niños», señaló.

RD