El Rector Mayor Salesiano, Padre Pascual Chavez, en conversación con la prensa, también se refirió al tema de la educación, muy propio del carisma de Don Bosco, y destacó las características de un educador, entre las que resaltó su profesionalismo y sentir que su labor es una misión, “por lo tanto, vivirla como una vocación, de manera que no se reduzca simplemente a ser un asalariado, cuando tiene en sus manos la posibilidad de formar los ciudadanos de un país, que es una cosa muy noble y muy digna”.
Al Padre Pascual Chávez también le preocupa la desintegración social, “que tiene su primer efecto en la desintegración de la familia, que pone en riesgo el elemento indispensable para la formación humana, que es la experiencia de valores básicos, que se comunican de una manera informal en la familia, primer centro educativo”. También abogó por una verdadera integración de los diversos actores de la comunidad educativa.
Otro tema que preocupa al Rector Mayor de los salesianos es la crisis de valores, “cada vez más generalizada, que lleva a una enorme confusión, especialmente a los jóvenes, que ya no logran distinguir la diferencia entre lo bueno y lo malo. Para ellos la diferencia es simplemente entre lo que les gusta y lo que no les gusta”, dijo.
También expresó su inquietud por el tema del sentido de la vida. “El problema grande de los jóvenes es vivir con un vitalismo tal que los lleva a caminar por la vida sin brújula, sin saber para qué han venido al mundo y sin preocuparse tampoco de cultivar ningún proyecto, encerrados en un ‘presentismo”. Recordó que en Europa nadie se casa ante de los 30 años, porque “hay una gran resistencia a asumir compromisos a futuro y más si son compromisos definitivos. Y esto no es posible si no hay proyectos de vida en torno a los cuales uno pueda organizar su propia existencia”.
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