La defensa de la vida humana, la dignidad de las personas, el valor de la familia y la educación, fueron algunos de los asuntos que abordaron los obispos chilenos en sus homilías durante los Te Deum de Fiestas Patrias.
Monseñor Alejandro Goic
Los valores no son ajenos a la Iglesia
El Obispo de Rancagua, Mons. Alejandro Goic, recordó en su homilía que la Iglesia Católica no tiene otra pretensión que ser fiel a la misión esencial que le corresponde: anunciar el Evangelio e iluminar la realidad con la ética del Evangelio.
"Nada de lo humano puede ser ajeno a la Iglesia. Hay una tendencia en la cultura actual a querer reducir a la fe, a la religión cristiana, a la Iglesia, a lo íntimo, a lo privado. En último término, a excluir a Dios de la vida social", manifestó el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Agregó que la Iglesia no puede estar ausente de los problemas reales que afectan al pueblo. "Conceptos como la inalienable dignidad sagrada de la persona desde su origen hasta su fin; la igualdad de todos en su naturaleza personal; el respecto irrestricto a los derechos fundamentales de la persona humana; la convivencia social basada en la verdad, en la libertad, en la justicia, en el amor, en el perdón y la misericordia; la preocupación real y efectiva por la dignificación de los más pobres y desvalidos; el espíritu de servicio y la búsqueda del bien común, por parte de aquellos que tienen responsabilidad en el tejido social del país, etc. Todos estos grandes conceptos y otros, presentan una dimensión ética y valórica que no es ajena a la misión de la Iglesia!", subrayó Mons. Goic
Monseñor Gonzalo Duarte
Políticas en favor de la familia
Por su parte, el Obispo de Valparaíso y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Gonzalo Duarte, manifestó que el Estado le cabe una responsabilidad primordial en el apoyo a las familias y a los niños y jóvenes."Vemos cómo el Estado, a través del Gobierno, destina ingentes recursos humanos y económicos a políticas sociales, los que han aumentado significativamente en los últimos meses, lo cual nos alegra (...) Pero creemos que falta una verdadera política nacional de promoción y apoyo a la familia que vaya más allá de las preocupaciones y políticas “sectorizadas”. Pensamos que si hubiese un gran organismo destinado a la familia y a su promoción, con políticas claras, elaboradas y conversadas entre todos e idealmente consensuadas, se lograría un resultado mejor –y a lo mejor menos oneroso- que el que se obtiene a través de tantos organismos distintos que a veces actúan sin la suficiente coordinación", expresó el Obispo porteño en su Homilía.
Agregó que estas políticas deberían favorecer la vida en familia, que es “escuela de humanización”, donde los hijos aprenden a amar y respetar porque se sienten amados y respetados. "Que incentiven la natalidad. Que favorezcan una jornada de trabajo para la mujer que sea compatible con sus obligaciones de esposa, madre y alma del hogar. Que procuren incentivos sociales, económicos y tributarios para las familias numerosas y las que viven situaciones de especial dificultad. Que favorezcan la integración familiar de los abuelitos y en general de las personas mayores, que tanto pueden aportar a la humanización de la vida y de la cultura y a los cuales el Papa considera “garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir”, manifestó Mons. Duarte.
Fuente: Iglesia.cl
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