CIUDAD DEL VATICANO, 29 ABR 2008 . - Hoy se hizo público el mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, presidido por el cardenal Jean-Louis Tauran , y cuyo secretario es el arzobispo Pier Luigi Celata, que se envía anualmente a los budistas de todo el mundo con motivo de la fiesta de Vesakh.
Vesakh es la principal festividad budista que recuerda los tres momentos fundamentales de la vida de Buda. Se celebra durante la luna llena del mes de mayo porqué según la tradición el Buda histórico nació, obtuvo la iluminación y desapareció alcanzando el Nirvana en ese período.
En el mensaje de este año titulado "Cristianos y budistas: cuidar del planeta tierra", se lee que "la tutela del ambiente, la promoción de un desarrollo sostenible y una atención particular al cambio climático son materia de grave preocupación para todos. Muchos gobiernos, ONGs, multinacionales e institutos de investigación superior, reconociendo las implicaciones éticas presentes en todo el desarrollo económico y social, están invirtiendo recursos financieros y compartiendo conocimientos en el campo de la diversidad biológica, del cambio climático, de la tutela y conservación del medio ambiente".
"También los líderes religiosos ofrecen al debate público su aportación, que no es solamente una reacción a las amenazas más recientes y acuciantes ligadas al calentamiento global. El cristianismo y el budismo han promovido siempre un gran respeto por la naturaleza y enseñado que debemos ser administradores gratos de la tierra. Sólo mediante una profunda reflexión sobre la relación entre el Creador divino, la creación y las criaturas los esfuerzos para responder a las preocupaciones ambientales no se verán comprometidos por la avidez individual u obstaculizados por los intereses de grupos particulares".
"¿No podríamos, cristianos y budistas, en ámbito práctico hacer más para colaborar en proyectos que confirman la responsabilidad que recae sobre cada uno de nosotros? El reciclaje, el ahorro energético, la prevención de la destrucción indiscriminada de plantas y animales y la protección de los cursos de agua, hablan de una administración más atenta y también de impulsar la buena voluntad y de promover relaciones cordiales entre los pueblos. De esta forma cristianos y budistas pueden ser portadores de esperanza para un mundo limpio, seguro y armonioso".
El mensaje concluye con el auspicio de promover estas ideas dentro de las respectivas comunidades " a través de la educación pública y de nuestro buen ejemplo, respetando la naturaleza y actuando de forma responsable hacia nuestro planeta común: la tierra".
Ecclesia Digital
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