(Marina de Miguel) Fieles a su compromiso de “construir una sociedad de paz y justicia”, las Hermandades del Trabajo conmemoran el Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, con un manifiesto en el que amparan a quienes sufren condiciones laborales contrarias a una vida digna. “Cuando el Presidente del Gobierno llame a los interlocutores sociales para iniciar el diálogo social y llegar a un Pacto Social, nos gustaría que el primer bloque de negociación fuera el empleo”, reivindican. En este sentido, exigen acciones centradas en las mujeres y “medidas específicas a favor de la familia para que mujeres y hombres, en igualdad, puedan conciliar la vida profesional con la vida familiar”.
La precariedad laboral a la que se enfrentan los jóvenes también preocupa a este movimiento apostólico-social fundado por el sacerdote Abundio García Román, por lo que piden contratos para la formación y de prácticas, reconocimiento del voluntariado, apoyos a la vocación empresarial y a la creación de empresas e incentivos.
Con respecto a los trabajadores mayores y las personas con discapacidad o en situación de dependencia, apuestan por facilitar medios que, como el teletrabajo, les permitan desarrollar su actividad desde el domicilio y, así, prolongar su vida laboral siempre que tengan verdaderos incentivos. Igual énfasis dedican a la inmigración y su integración social, por lo que reclaman que este tema sea tratado “en línea con las políticas europeas” y forme parte del Pacto Social. A su vez, consideran que las pensiones y el futuro de la Seguridad Social tiene que formar parte de dicho acuerdo, así como “la protección de la familia”.
Las Hermandades del Trabajo destacan, por último, “la responsabilidad social de los trabajadores en la empresa”.
Familia y trabajo
“La organización del trabajo en el siglo XXI y su modelo de flexibilidad considera que la vida humana se compone de un solo tiempo, el productivo, y los demás tiempos (personal, familiar, social) no existen o deben ser sacrificados en pro del tiempo de trabajo”, denuncian los movimientos de Acción Católica HOAC, JOC y MTC en un comunicado . Esta concepción provoca persecución de la maternidad, la hipocresía de considerar el fenómeno de la inmigración según su utilidad o las trabas para conciliar vida familiar y laboral. “Queremos potenciar una comunidad donde el ser humano sea lo primero, donde avance la justicia hacia los empobrecidos, donde la política esté al servicio de dar respuesta a los problemas que padecemos”, afirman.
Vida Nueva
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