El encuentro de Rimini defiende que la «cristianofobia» debe ser combatida
Comunión y Liberación ha celebrado esta semana su anual Meeting, «lugar de diálogo por la paz y los derechos humanos».
MADRID- El encuentro que durante toda esta semana, ha celebrado Comunión y Liberación en la ciudad italiana de Rimini, ha finalizado pero no sin haber dejado una profunda huella. En él se trataba de «responder de forma positiva» a la pregunta que se hacía el poeta Eiot: «¿Es la Iglesia la que ha abandonado a la humanidad o la humanidad la que ha abandonado a la Iglesia?», según han explicado los organizadores.
Monseñor Fisichella, rector de la Universidad Lateranense y presidente de la Academia Pontifica por la Vida, trató de responder a esta cuestión el pasado viernes en una de las mesas redondas del encuentro, al defender que la Iglesia «no puede ser una isla en el mundo», ya que «somos fermento, por eso no podemos recluirnos, como algunos pretenden, en las sacristías».
Para el prelado, la razón de este rechazo que en ocasiones sufren los cristianos se encuentra en la credibilidad de la que dispone la Iglesia, «sino fuésemos creíbles, el mundo no nos insultaría. Por eso hay mártires», afirmó Fisichella haciendo referencia a los cristianos asesinados en la India, «víctimas de un fanatismo que es censurado por los medios de comunicación», alegó.
Monseñor Fisichella completó su intervención afirmando que el hombre «tiene necesidad de la Iglesia», ya que ésta le «recuerda qué es el Amor»; a la vez que «es necesaria la Verdad», ya que «no hay una primacía de la libertad sino está en relación con la Verdad y el Amor», finalizó.
Sobre la discriminación de los cristianos en el mundo actual, también ha reflexionado en Rimini monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede. Mamberti se quiso referir en su discurso al fenómeno denominado «cristianofobia» -expresión introducida por primera vez en el año 2003 en la ONU, para designar los actos de violencia, persecución o discriminación en contra de los cristianos-, y denunció que este fenómeno «debe afrontarse con la misma determinación con la que se combaten el antisemitismo y la islamofobia», ya que en muchos países «los cristianos son víctimas de prejuicios, estereotipos e intolerancias, a veces de tipo cultural», censuró monseñor Mamberti.
Tras estas intervenciones y las que se han sucedido a lo largo de la semana, los organizadores del encuentro en Rimini han concluído que en un momento de situación internacional llena de tensiones, éste «ha sido un lugar de diálogo por la paz, los derechos del hombre y la convivencia entre los pueblos».
La razón Digital
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