El presidente de la CEE considera vigente el actual sistema jurídico de las relaciones bilaterales o concordatarias.
Durante hora y cuarto, en la mañana del este miércoles 24 de septiembre, el cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la CEE, ha ofrecido una nueva reflexión sobre las relaciones entre la Iglesia y la comunidad política y social. Ha sido en un desayuno informativo organizado por la agencia de noticias Europa Press, en un céntrico hotel madrileño. El ex ministro y ex comisario de la UE Marcelino Oreja presentó al cardenal, quien durante cerca de cuarenta minutos disertó sobre el tema “Fundamentos prepolíticos o morales del Estado”. Durante otros treinta y minutos el cardenal respondió a las preguntas de los asistentes al desayuno, canalizadas a través del moderador del acto, el director de Europa Press.
Entre los asistentes al desayuno se hallaban los parlamentarios Manuel Fraga y Esteban González Pons, el director general de Asuntos Religiosos del ministerio de Justicia, José María Contreras y otros políticos autonómicos y locales. Se hallaban también presentes el cardenal arzobispo de Toledo y su obispo auxiliar, el nuncio en España, uno de los obispos auxiliares de Madrid y los prelados de Alcalá de Henares y de Huesca y de Jaca.
Laicidad positiva
La intervención inicial de Rouco tuvo sobre los fundamentos prepolíticos o morales del Estado estuvo plagada de referencias a la visión que sobre este tema tiene el Papa Benedicto XVI, manifestadas tanto en su viaje visita a Francia como las provenientes de su célebre conversación de enero de 2004 con el filósofo alemán Habermas, así como el desarrollo del pensamiento de Ratzinger al respecto, por ejemplo, en el discurso de Ratisbona de septiembre de 2006.
Para Rouco, la posición de la Iglesia viene ya expresada en el Concilio Vaticano II, que marca los principios de libertad religiosa, libertad de los padres para la educación de sus hijos, justa autonomía de las realidades temporales y una actitud de servicio para atender a la persona y promover la defensa de sus derechos y de búsqueda conjunta de bien común. Asimismo citó textualmente la frase del Vaticano II según la cual “la verdad no ha de imponerse si no por la fuerza misma de la verdad”.
Desde estos principios, Rouco Varela expresó su convicción de que e sistema bilateral o concordatario entre la Iglesia y los Estados es bueno y sigue en plena vigencia, como lo muestra el hecho de que la Santa Sede tiene firmados acuerdos de esta naturaleza como más de cien países.
Preguntas y respuestas
El primer bloque de preguntas giró en torno a la actual crisis económica que vive España. Reiteró el cardenal Rouco las ideas ya expresadas el pasado domingo en su alocución semanal en la Cadena Cope y aludió a la necesidad de que la Iglesia aporte en medio de la crisis la solidaridad precisa y ayude a las personas para superar también crisis morales, que estén en el trasfondo de la actual situaciones. Igualmente el presidente de la CEE afirmó que ahora a la Iglesia le preocupa mucho más la situación de familias en necesidad y de los parados que hipotéticos –e impensables- cambios o novedades en el vigente modelo de financiación de la Iglesia.
El primer bloque de preguntas giró en torno a la actual crisis económica que vive España. Reiteró el cardenal Rouco las ideas ya expresadas el pasado domingo en su alocución semanal en la Cadena Cope y aludió a la necesidad de que la Iglesia aporte en medio de la crisis la solidaridad precisa y ayude a las personas para superar también crisis morales, que estén en el trasfondo de la actual situaciones. Igualmente el presidente de la CEE afirmó que ahora a la Iglesia le preocupa mucho más la situación de familias en necesidad y de los parados que hipotéticos –e impensables- cambios o novedades en el vigente modelo de financiación de la Iglesia.
“La vida es un derecho absoluto, sin condiciones, siempre” fue su respuesta a las preguntas relativas a los proyectos gubernamentales a favor del aborto y de legalización del suicidio asistido. "La vida es una barrera que jamás se debe traspasar", indicó a propósito de estos dos proyectos gubernamentales, que no respetan en tu totalidad el derecho a la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural. Por ello, la vida no es un bien supremo y superior que no debe estar expuesto a loa vaivenes de los consensos sociales.
Calificó de “tragedia moral” la aceptación social del aborto y reivindicó, desde la ciencia y la filosofía, el derecho del niño –todavía embrión- a nacer, que no es un “que”, sino un “quien”, es decir, una persona distinta y con la misma dignidad y derechos que su madre. Tras afirmar desconocer con precisión la postura del PP sobre la cuestión, recordó que los católicos son ciudadanos con todos los derechos, por lo que de ellos dependen movilizaciones contra este proyecto, que ni descarta ni deja de descartar y sobre las que no tiene noticias a día de hoy.
Sobre Educación para la Ciudadanía reivindicó el derecho de los padres, incluido el derecho a la objeción de conciencia. Expresó su confianza y esperanza en alcanzar un acuerdo que solucione el actual estado de las cosas. La solución vendría por el cambio de los contenidos de la materia.
Descartó que el Gobierno promueva una estrategia de choque contra y frente a la Iglesia, aunque sí reconoció disputas dialécticas en distintas cuestiones. Dijo no enviar a Francia –en todo caso, sí a Alemania- a propósito del laicismo positivo que pretende impulsar su presidente. “El marco legal en las relaciones Iglesia-Estado en España es mejor que el francés”.
El presidente de la CEE valoró como positiva la vigente Ley Orgánica de Libertad Religiosa, aunque no se cerró a su reforma, “si es para bien”, apostilló. Consideró que las peticiones de retirada de los crucifijos de los espacios públicos proceden de minorías y aseveró que el crucifijo “pertenece a la historia, a la cultura y a la identidad de España”, por lo que manifestó contrario a dar curso a estas peticiones.
La CEE –señaló- “no tiene competencias” para canalizar el requerimiento del juez Garzón para investigar en los archivos eclesiásticos. Opina que la ley de la Memoria Histórica es “innecesaria” ya que la reconciliación entre españoles ya está lograda.
Por último, expresó su deseo de que de cara a la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011 trabajan al unísono la archidiócesis de Madrid y la CEE, y consideró que, al igual que la JMJ Santiago 1989, aportó a las Jornadas la idea de peregrinación, Madrid 2011 aportará la catolicidad histórica y tan fecunda de España y su dinamismo misionero.
(ECCLESIA DIGITAL)
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