Este es un espacio para alimentar y vitalizar la dimensión espiritual y humana de las personas comprometidas con la construcción de una sociedad más humana, justa y solidaria. Todos somos peregrinos. "sal de tu tierra, de tu casa y vete a la tierra que yo te mostraré; haré de tí una gran nación y te bendeciré." (Gén. 12, 1 ss)
Saturday, September 29, 2012
El hermoso legado del Padre Pierre Dubois
Por Diego García
Pierre Dubois no fue cualquier defensor de los derechos de los más pobres. Mientras fue párroco de Nuestra Señora de la Victoria en la década de 1980, nos impactó su imagen arriesgando su integridad física con el fin de poner freno a la represión policial que se ejercía intensa y cotidianamente sobre los pobladores. Había en su expresión no sólo la indignación moral por el ejercicio injusto de la violencia policial contra una población inocente, sino además la convicción de quien sabe que esa misma violencia deshumanizaba a quien la ejercía. En tal sentido, fue un hombre de paz hasta el extremo del riesgo físico, quizás el modo más íntegro de buscar la reconciliación entre los chilenos que la Iglesia se empeñó en promover. El disparo contra la casa parroquial que causó la muerte de su hermano André Jarlan testimonia los riesgos a los que el propio Padre Pierre se expuso por su amor a Cristo en la persona de los más pobres de Santiago.
Arribó a Chile en la década de 1960, y desempeñó tareas pastorales asesorando al Movimiento Obrero de Acción Católica y a la Juventud Obrera Católica, en las comunas de Pudahuel y Quinta Normal, y más tarde en el decanato José María Caro. Tras su llegada a La Victoria, se hizo muy conocido como apóstol de la no violencia, y en 1986 fue deportado por el gobierno chileno.
Con el retorno a la democracia, regresó a Chile en 1990 como párroco de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Lo Espejo. El año 2001, y luego de una votación adversa un año antes, el Congreso Nacional le concedió la nacionalidad chilena por gracia. Aparentemente, por este reconocimiento del Congreso Nacional, la comunidad nacional hace suyo a aquellos extranjeros que han prestado grandes servicios al país. Sin embargo, como suele ser en la generalidad de estos casos, había sido el padre Pierre quien primero nos había hechos suyos, comportándose como un chileno ejemplar mucho antes que buena parte de nosotros. Por eso tal vez quiso regresar a Chile, pese al avance de su enfermedad de Parkinson, porque ya era de aquí, y aquí quería ser enterrado. Muchas gracias por su vida con que nos regaló, querido Padre Pierre!
Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
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