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Sunday, November 26, 2006
La lucha de la azafata sancionada por llevar cruficijo logra que British Airways cambie sus normas
La fe mueve montañas. Esta vez, una tímida mujer de 55 años le ha ganado el pulso a la todopoderosa British Airways (BA). Nadia Eweida podrá llevar al cuello la cadena con su estimado crucifijo que el mes pasado le fue prohibido porque no se ajustaba a la política de uniforme de la compañía aérea.
El gran apoyo logrado por Nadia —cien diputados de todas las ideologías, catorce obispos e innumerables usuarios de la línea— ha mostrado a BA la gran oposición social que existe a sus medidas. Éstas no serán revisadas por imperativo de los tribunales, en los que la empresa ganó el pleito laboral el pasado lunes —sentencia que será recurrida por la empleada—, sino por el temor al daño económico que la polémica iba a originar.
La decisiva intervención de la Iglesia de Inglaterra, con su primado al frente, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, ha acabado por convencer a BA de que si bien pudo jugar con las cosas de la fe, desde luego no puede permitirse hacerlo con las de comer: la Iglesia Anglicana ha amenazado con vender su participación de casi 14 millones de euros en acciones de la compañía. Además, estaba el boicot anunciado por cien diputados del Parlamento británico de no usar los aviones con bandera de BA en sus frecuentes desplazamientos.
«El reciente debate sobre nuestra política de uniforme ha acusado injustamente a British Airways de anticristiana. Aunque nuestra política es igual a la de otras líneas aéreas, está claro que debe ser cambiada a la luz del debate público», ha declarado Willie Walsh, consejero delegado de la compañía. La revisión permitirá llevar un crucifijo y probablemente insignias en la solapa.
Hasta ahora, BA autorizaba a los empleados que atienden al público que lucieran aquellos atuendos religiosos que no pueden ser ocultados bajo la ropa, como el velo islámico o el turbante sij. Sin embargo, exigía que símbolos más pequeños quedaran fuera de la vista del público.
Nadia, cristiana con familia de origen copto, se negó a ocultar bajo la ropa su crucifijo y rechazó dejar el mostrador de BA en el aeropuerto de Heathrow para trabajar en oficinas interiores como le ofrecía la empresa, por lo que fue suspendida en su empleo. Ahora, ha acogido como un «gran alivio» esa marcha atrás.
De Ecclesia Digital
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