Lucas 19:1-6
En aquel tiempo entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió en una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". El bajó en seguida, y lo recibió muy contento.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Pensamientos sobre el pasaje de hoy
El pequeño Zaqueo era odiado en Jericó: en esa gran ciudad se había hecho rico a través de la extorsión; pero no era feliz, y percibía la necesidad de cambiar su vida. Si se mezclaba entre la multitud, pronto estaría lleno de moretones por los codazos y puntapiés; tenía buenas razones para trepar a un árbol, lejos del alcance de esas gentes.
Lo que deseaba era observar bien a Jesús, cuando pasara; sorpresivamente, sintió que Él lo llamaba por su nombre.
Señor, dame la confianza para acogerte en mi corazón.
De Espacio Sagrado
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