Peter-Hans Kolvenbach, Prepósito General de la Compañía
Los jesuitas celebran por todo lo alto en el País Vasco el centenario del nacimiento de su controvertido Prepósito General, Pedro Arrupe. Con ese motivo, el actual General de la Compañía, Peter-Hans Kolvenbach concedió la siguiente entrevista a Ignaico Arregui, ex director de Radio Vaticana.
Padre Kolvenbach: Vd. fue elegido Prepósito General de la Compañía el 13 de setiembre de 1983. Sucedía en el cargo al P. Pedro Arrupe. Pero antes de su elección, los jesuitas vivieron unos años de transición con el Padre Paolo Dezza como Delegado de Juan Pablo II al frente de la Compañía. Una situación anómala y difícil. ¿Qué sentimientos experimentó en aquellos momentos de tensión entre la Compañía y la Santa Sede?
R.- Era consciente de las dificultades con las que se enfrentaba la Compañía y la tensión con el Vaticano. Pero basta conocer un poco la historia de la Compañía y recordar algunos episodios de los primeros años para no extrañarse de que ocurran esos momentos de tensión, fruto frecuente y, hasta cierto punto inevitable, del celo de los jesuitas. La decisión del Santo Padre de nombrar un Delegado personal en la persona del Padre Dezza fue ciertamente una medida extraordinaria en tiempos modernos pero me confortó constatar cómo la habían recibido la gran mayoría de los jesuitas. En contra de muchas predicciones, y quizá para desengaño de algunos, la Compañía recibió la orden del Papa con ecuanimidad, seriedad y obediencia. No en vano hacemos un voto especial de obediencia al Vicario de Cristo. Yo creo que en aquellos momentos San Ignacio, que también había conocido dificultades parecidas, bendijo desde el cielo a la Compañía.
Ver entrevista completa, aquí
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