El Papa pidió formación sólida del clero y de los laicos para ayudar a las personas en dificultad en el discurso a los obispos de Nicaragua, recibidos en Castel Gandolfo al terminar la visita que hacen cada cinco años, la llamada visita ad limina.
Benedicto XVI dedicó palabras positivas hacia la actitud de los obispos, sensibles y cercanos a la población, en una situación social marcada por la pobreza, las desigualdades y la inmigración.
El Papa ha insistido en la necesidad que los obispos respeten escrupulosamente la autonomía de la gestión publica, creando un clima de diálogo y distensión, sin renunciar a la defensa de los derechos fundamentales de las personas, para difundir una concepción de la política como servicio generoso y humilde para el bien común.
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