Marcos 8:11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: "¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación." Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: "¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación." Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Los fariseos se acercan a Jesús para exigirle un signo de Dios, un acto público espectacular, que pruebe que Él es el verdadero Mesías. Pero, con un suspiro desde el fondo de su corazón, Jesús les dice: "Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación." Hoy día, aún hay personas que buscan signos milagrosos como estatuas que se mueven, revoluciones del sol, u otros hechos espectáculares que muestren el poder de Dios y refuercen su fe. El único signo que Jesús nos da es su propia vida, muerte y Resurrección.
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