Tuesday, January 04, 2011

“Hay una auténtica caza de los cristianos, reina el temor y la angustia"

Las dominicas en el hospital San Rafael de Bagdad

Escalofriante testimonio de las Dominicas de la Presentación desde Bagdad


Queremos permanecer en nuestra tierra, entre los cristianos más pobres y los musulmanes de buena voluntad”

(José Manuel Vidal).- Llevan en Irak desde 1893. Cuando casi todos los cristianos que pueden salen del país por la creciente persecución religiosa, las Dominicas de la Presentación se quedan. Al lado de los más desfavorecidos. Con miedo, porque los atentados sangrientos contra los cristianos se suceden. Pero con la esperanza puesta en Dios. Allí dirigen escuelas, guarderías y hospitales, que se vacían: "Los padres, cristianos y musulmanes, se llevan a sus hijos por miedo a ataques". Han pasado la Navidad sin "signos externos" y confiesan que "los niño son pueden ir a la escuela ni salir a la calle a jugar con los amigos". Pero ellas se quedan. "Queremos permanecer en nuestra tierra, entre los cristianos más pobres y entre los musulmanes de buena voluntad"
Este es el testimonio que nos llega desde Bagdad a través de hermana María Nuria Gaza, coordinadora en España de la ayuda que les llega desde diversas partes.


"La caza de cristianos se inició en Mosul.

A las jóvenes de nuestra pequeña residencia las obligaron a ponerse el velo, eran insultadas y atemorizadas por la calle, por lo que las hermanas tuvieron que ponerles un minibus para que pudieran ir a la universidad. Poco después ya empezó la persecución contra los cristianos de forma abierta. Los padres dominicos, que llevaban más de doscientos años en la ciudad, fueron amenazados y tuvieron que abandonar su convento. Empezaron a entrar en las casas de los cristianos, los hacían salir y, si se resistían, los mataban en plena calle.

Nuestras hermanas tuvieron que abandonar la casa y se refugiaron en el Kurdistan, donde se ha fundado una pequeña comunidad con un dispensario. La comunidad cristiana de Mosul que era la más floreciente de Irak ha quedado completamente diezmada.

La situación en Basora es mejor que en otras partes. Por el momento, en esa ciudad no hemos recibido ninguna amenaza y los niños frecuentan la guardería normalmente.

En Bagdad llegó el terror más tarde. Actualmente los médicos cristianos de nuestro hospital han sido amenazados y han tenido que salir casi todos del país. Muchos barrios cristianos de Bagdad han sido atacados, lo que hace que muchas de nuestros empleados del hospital se hayan tenido que refugiar en el barrio de Karrada, donde se encuentra el San Rafael.

Ahora el temor llega a la guardería de Bagdad y a la "Casa de Familia". Varias niñas se las han llevado los familiares, que han huido del país. De la guardería y de los primeros cursos de primaria los padres han sacado a los pocos niños cristianos por temor a las represalias. Y muchos musulmanes han hecho lo mismo. De modo que en un centro educativo con más de 240 alumnos se ha quedado en pocos meses muy reducido.

La violencia en el país es algo "normal". Este último año ha sido peor que los anteriores. Los cristianos huyen atemorizados del país o se refugian en el Kurdistan donde hay más seguridad para ellos. En Irak quedan solamente los más pobres porque no tienen posibilidad de huir.

El arzobispo Latino de Bagdad dice que la comunidad cristiana ha perdido la fe en su país. Ya no hay lugar para ellos y, como no todos tienen vocación de mártires, los que pueden se van.

Nosotras, religiosas iraquíes, queremos permanecer en nuestra tierra. Aquí tenemos una misión a realizar entre los cristianos más pobres y entre los musulmanes de buena voluntad.


Navidad sin villancicos ni adornos

Aquí en Navidad, Jesús ha bajado del cielo sin ningún signo externo de fiesta. Los mismos obispos recomendaron que no se adornaran las casas ni se pusieran luces exteriores, para no provocar. No hubo Misa de Media Noche por temor a la inseguridad. Jesús ha bajado al corazón de los cristianos para darnos valor y consuelo. Dios ha venido a la tierra para todos los hombres de buena voluntad, para enseñarnos el camino del amor y del perdón.


Estas navidades en Irak han sido dolorosas para los cristianos, especialmente para los niños. En sus hogares reina el temor y la angustia. Los niños no pueden ir a la escuela ni salir a la calle a jugar con sus amigos.

Las escenas que más les llegan de la infancia de Jesús son la huida a Egipto o la matanza de los inocentes.

En la fiesta de la Epifanía, pedimos a estos misteriosos reyes de Oriente que traigan sus cofres llenos de paz para todos. Que podamos vivir en paz en nuestro país entre los creyentes de diversos credos, es nuestro mayor anhelo.


En Irak desde 1893

Las Hermanas Dominicas de la Presentación estamos presentes en Irak desde el año 1893. Para la Congregación fue una aventura fundar en Mesopotamia, por tener una cultura y lengua tan distinta a la europea, pero se arriesgaron por la petición de los padres dominicos que llevaban muchos años en el país.

Mandaron seis hermanas francesas. La llegada a la misión de Mosul, al cabo de tres meses de viaje, fue una auténtica odisea. Fueron muy bien recibidas por la comunidad cristiana, numerosa en la zona, y también por la comunidad musulmana, ya que la relación entre cristianos y musulmanes era buena.

Su misión fue trabajar con mujeres, porque era impensable hacerlo con los hombres. Se ocuparon de personas ciegas, muy numerosas en el lugar, y de los niños huérfanos, porque las enfermedades se llevaban a la tumba a muchísimos adultos. Nuestras hermanas también sufrieron muchas bajas por esta misma razón. Todavía hoy se pueden ver las tumbas, en el cementerio católico de Mosul, de religiosas muertas a los veintitrés, veintisiete y treinta años. Pero ni la muerte atajó la decisión tomada por la superiora general: moría una hermana y mandaba el relevo.

La Congregación tomó renombre rápidamente y fueron llamadas a Bagdad, para trabajar en el hospital Real, abrir un colegio y un orfanato. Años más tarde nos pidieron abrir otro colegio en Basora. Algunos años después abrimos el hospital San Rafael en Bagdad, propiedad de la Congregación y la única obra que se nos permitió guardar al nacionalizar el partido Baas las instituciones educativas en 1974.


"Todos son hijos de Dios y merecen ser atendidos"

Las hermanas hemos sufrido diversas turbulencias en este país de Oriente Medio. La relación cristiano-musulmana ha sido en general buena, pero de repente aparece un detonante que rompe el buen entendimiento y se inicia la persecución contra los cristianos. En esta última década, primero fue la Guerra del Golfo en 1991.

Con la "Tormenta del desierto" y los 12 años de embargo que le sucedieron, los musulmanes empezaron a mirar de reojo a los cristianos, pues, para ellos, América es Occidente y de Occidente viene el cristianismo. Era una mirada de antipatía hacia los cristianos, pero nunca una persecución contra ellos.

Ni siquiera eran despreciados por todos. Prueba de ello es que al hospital San Rafael, en Bagdad, acude gente de todas las creencias. En él nunca se ha hecho diferencia entre religiones, ni tampoco entre ricos y pobres. Atendemos lo mejor posible a cuantos acuden y, como dice la hermana jefe-administradora, "todos son hijos de Dios y merecen ser atendidos".

La gran catástrofe empezó solapadamente después de la segunda guerra del Golfo. No se controlaron las fronteras y entró el terrorismo en el país. Mientras el terrorismo no se organizó, parecía que iba a llegar una época de bonanza, después de tantos años de sufrimiento provocados por la guerra y el embargo.

Abrimos una pequeña residencia para jóvenes universitarias cristianas en Mosul, porque sus padres no las dejaban ir a la universidad, si tenían que ir a las residencias del Gobierno. Abrimos una guardería infantil en Basora y otra en Bagdad. También una pequeña casa para niñas cristianas huérfanas (el Gobierno tenía ya muchos orfanatos). Se quería con esta "Casa de Familia", con trece niñas, dar una educación integral y cristiana a un pequeño grupo muy desfavorecido.

Pero, desgraciadamente, la situación fue empeorando. Y nosotras, las hermanas, la sufrimos con nuestro pueblo y pedimos a Dios el don de la paz. Ése es nuestro mayor anhelo".


Para ayudar a las Dominicas de la Presentación en Irak, pueden enviar sus donativos a este número de cuenta:

Dominicas de la Presentación.Entidad bancaria: "La Caixa".Indicar: Ayuda IrakNº de cuenta: 2100 0832 62 0101192037. Barcelona.

RD

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