Meditando con los santos del día: San Sebastián y San Fabián

Hoy 20 de enero, la Iglesia conmemora el tránsito a Dios de SAN FABIÁN, quien fuera martirizado en un día como hoy del año 250 en Roma. Oriundo de esta ciudad, antes del año 200, fue elegido vigésimo Papa de la Iglesia en el año 236. En el año 1915 fue encontrado su sarcófago en las catacumbas de San Calixto en Roma.

Hoy también la Iglesia conmemora el tránsito a Dios de SAN SEBASTIÁN, quien fuera martirizado, probablemente en un día como hoy del año 288 en Roma. Oriundo de Milán, Italia, fue oficial en el ejército del emperador Carino y luego del emperador Diocleciano, quien lo mandó matar. En el año 367 el Papa San Dámaso mandó construir una basílica sobre su tumba en donde se conservan sus reliquias dentro de un sarcófago de piedra, junto con las de San Fabián. Desde 1969 se fijo en el día de hoy una fiesta común para ambos mártires. Unidos pues a quienes logran regar con su sangre el surco del evangelio brindemos nuestro devoto aplauso a los Santos Fabián y Sebastián.


Meditación

QUERIDOS FABIN Y SEBASTIN: Ustedes son dos grandes figuras de la primitiva Iglesia que unieron sus vidas después de la muerte.

San Fabián: tu eres el primer Papa elegido siendo aún seglar y una de las primeras víctimas de la persecución del emperador Decio. Al día siguiente de tu ejecución San Cipriano escribía: "Me ha alegrado sobremanera ver cómo su intachable ministerio ha culminado con una santa muerte"

San Sebastián, eres uno de los santos más venerados. Trabajabas en la corte del emperador Carino, y desde este puesto, ayudabas y fortalecías a los cristianos que sufrían la persecución.

Pero a la muerte de Carino, subió al trono el emperador Diocleciano, quien se mostró un acérrimo enemigo de los cristianos. Ante esto, tu no dudaste en encararlo y acusarlo de criminal por la persecución que desató en contra los seguidores de Cristo. Él entonces habría ordenado que te aten a un palo y que te traspasasen con flechas, poniendo tu cuerpo como un tiro al blanco.

Esta imagen tan dramática, que encontramos ahora en tantas Iglesias, ha quedado como una ICONA de valentía, de amor a Dios y a los hermanos en persecución, de un hombre que encaró el peligro con coraje poniendo su propio cuerpo como un escudo de protección.

Radio Vaticano