Monday, June 25, 2012

“Alto riesgo”: un estratega para la comunicación vaticana


El nombramiento del periodista estadounidense Greg Burke para ponerse a cubierto tras la última crisis en los medios de comunicación

ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO



El 10 de junio pasado el periodista estadounidense Greg Burke tomó una decisión que cambiará su vida. Aceptó el nombramiento como “asesor en comunicación” de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Un puesto inédito, inexistente en el pasado y producto del “vatileaks”, la crisis por la filtración a la prensa de documentos reservados del Papa Benedicto XVI. Un trabajo que él mismo calificó de “alto riesgo”.

Hombre del Opus Dei, 52 años, asumirá concretamente su nueva función los primeros días de julio, probablemente el lunes 2. Hasta esta semana se desempeñaba como corresponsal de la cadena Fox News, luego de pasar por el semanario Time. Residente en Roma desde hace más de dos decenios, conoce bien las dificultades del mundo vaticano. Es consciente que nadie puede cambiar, de un plumazo, las viejas inercias de la Curia Romana. Ni siquiera el mismo Papa.

Pero como todo periodista sabe que la Santa Sede vive uno de sus peores momentos en materia de imagen. Atormentada no sólo por la fuga de noticias y los “cuervos”, anónimos filtradores, sino también por una serie de evidentes fallas de gestión interna que se reflejan negativamente en la prensa mundial. En entrevista con el Vatican Insider explicó cómo piensa aportar su “granito de arena” en el necesario cambio de ruta de la comunicación apostólica.

¿Cómo has decidido aceptar el puesto de consejero de comunicación del Vaticano ? Seguramente es una decisión de esas que no tienen vuelta atrás.

Como me dijo un amigo: “ánimo, esta es una de las decisiones que se toman de rodillas”. De rodillas o no personalmente la pensé mucho. Al inicio había respondido no a la propuesta, tal vez un poco por miedo a una responsabilidad demasiado complicada o demasiado grande y después porque tenía, hasta esta semana, un trabajo muy bello, que me gusta y el cual se hacer bastante bien, con un cierto futuro. Mi nuevo trabajo es un poco más de “alto riesgo”, es un cambio bastante grande para mí aunque siempre estamos hablando del mundo de la comunicación. Finalmente acepté, es un riesgo pero lo tomamos.

Un gran desafío…

Sí, es un reto. Cada tanto nos sirve salir de nuestra “zona de tranquilidad”, porque más allá del trabajo es verdad que llevaba una vida generalmente tranquila.

¿Cómo será el trabajo que desempeñarás?

Cuando en El Vaticano me explicaron el rol, pensé en el puesto de “director de comunicación” en la Casa Blanca, donde el portavoz da la cara y luego existe otro personaje que, tras bambalinas, piensa las estrategias: ¿cómo formular el mensaje? ¿Cómo transmitirlo? ¿Dónde y cuándo? Se trata de un trabajo más a largo plazo, porque cuando la comunicación se centra sólo en reaccionar todo se vuelve más difícil.

No tengo la ilusión de entrar y cambiar todo, conozco bastante El Vaticano, no soy experto pero lo conozco suficientemente como para saber que ninguno llega y cambia todo, ni siquiera el Papa. Imaginemos entonces a un joven laico, que no es obispo ni cardenal. Yo no tendré poder, pero tendré una oficina en la Secretaría de Estado y seguramente acceso a quienes pueden tomar las decisiones. Trataré de dar la contribución de mi experiencia profesional, decir qué buscan los periodistas, qué esperan, cuál será la reacción a esta u otra declaración.

¿Por qué crees que te han elegido?

Dos cosas fundamentales: llevo aquí más de 20 años con una buena experiencia. No quisiera decir que soy un católico practicante, porque después dirán que me llamaron por pertenecer al Opus Dei. Puedo asegurar que no me llamaron ni en Time ni en Fox por “la Obra”. Creo que buscaban también un angloparlante y esto no porque los estadounidenses resuelven todos los problemas, pero tienen óptica diversa y más internacional.

¿Piensas que te escucharán?

Espero que me escuchen, al menos un poco. Creo que podemos dar pequeños pasos en la dirección correcta, seré feliz si lo logramos.      

Vatican insider

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