Este es un espacio para alimentar y vitalizar la dimensión espiritual y humana de las personas comprometidas con la construcción de una sociedad más humana, justa y solidaria. Todos somos peregrinos. "sal de tu tierra, de tu casa y vete a la tierra que yo te mostraré; haré de tí una gran nación y te bendeciré." (Gén. 12, 1 ss)
Sunday, June 24, 2012
Meditación desde Buenafuente para el Domingo por Angel Moreno
LA PALABRA
Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre.
Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conocías hasta el fondo de mi alma.
MEDITACIÓN
Hoy es el día del sol menguante. Desde hoy irá avanzando la noche. La Liturgia ha escogido este día en relación con el 24 de diciembre, cuando la luz comienza a crecer, por el vínculo que se da entre San Juan Bautista y Jesús, “Sol que nace de lo alto”. El Precursor llegará a decir: “Conviene que yo mengüe y Él crezca”, refiriéndose al Mesías.
El nombre de Juan significa “el Señor nos ha hecho misericordia”; “el Señor es benigno”. Y esta misericordia la han experimentado especialmente los ancianos Zacarías e Isabel, pero sobre todo el pequeño Juan en el seno de su madre, cuando María, la madre de Jesús, visita a la suya.
Toma conciencia de la verdad que hoy nos revela la Palabra, la profecía cumplida. Isaías reconoce que el Creador le había llamado, estando en el seno de su madre; el salmista reconoce que ha sido tejido por Dios en el seno materno. El pequeño hijo de Isabel saltó de alegría en las entrañas de su madre. Estas expresiones conceden un sentimiento de gozo a quien las escucha con fe.
No has venido a este mundo por casualidad. No eres un ser sin origen ni meta. No estás en la historia por antojo. Alguien, desde antes de los tiempos, ya te conocía. Ten la seguridad que reza el salmo: “No desconocías mis huesos cuando, en lo oculto, me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra”.
Sé que no es fácil traer pensamientos tan amables en momentos de inclemencia y en tiempos tan recios como los que nos tocan vivir, pero si en vez de sucumbir en la intemperie de los datos, te atreves a dar fe a la Palabra de Dios, que te asegura que eres amado por Él y que estás destinado a una vida dichosa, podrás atisbar, en medio de toda la prueba, una luz en el horizonte y sentir una suave brisa en el bochorno. Te lo deseo hoy, el día más largo del año.
ORACIÓN
“Misericordia, Dios mío por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.”
Ciudad Redonda
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