Los prelados cobran más de 40.000 euros anuales por ir a la Cámara de los Lores
Un obispo de la Iglesia de Inglaterra puede llegar a cobrar más de 40.000 euros anuales por asistir a las sesiones de la Cámara de los Lores, una institución cuyos miembros no son electos y sobre la que el Gobierno ultima una reforma para hacerla más democrática. Las revelaciones sobre la cuantía de las dietas a las que tienen derecho los prelados, cuya posición les confiere automáticamente la condición de lord, ha suscitado controversia en Reino Unido, azotado por los estragos de la crisis económica y los crecientes recortes sociales.
Los británicos han descubierto —gracias al diario The Independent— que los 26 obispos miembros de la Cámara alta disfrutan de un esquema de retribuciones que les permite reclamar hasta 375 euros diarios más los gastos de transporte por desplazarse desde su diócesis hasta el Parlamento de Westminster. Aunque los obispos de Birmingham, Canterbury o York han renunciado a cualquier emolumento, el grueso de los prelados pasan factura por participar en los debates de los lores, que tienen la potestad de hacer recomendaciones sobre las leyes aprobadas en la Cámara de los Comunes, pero carecen del poder para vetarlas.
El caso más flagrante, aunque es perfectamente legal, corresponde al ultraconservador obispo de Chester, Peter Foster, quien asistió a 97 sesiones durante la pasada legislatura y cobró 44.000 euros en concepto de estancia, dietas y desplazamientos. En tiempos de crisis, ese dinero “extra” percibido por un prelado que cuenta con sueldo y vivienda a cargo de la Iglesia anglicana ha irritado a muchos contribuyentes que en plena austeridad exigen a sus obispos predicar con el ejemplo.
El votante de a pie mira estos días con lupa actitudes que, si bien están dentro de los parámetros de la legalidad, son percibidas como “moralmente incorrectas”, en palabras del primer ministro, David Cameron. El político conservador no aludía a las dietas de los obispos —que su Gobierno defiende— sino a rostros famosos y millonarios, como el cómico Jimmy Carr o los miembros del grupo musical Take That que, según la prensa local, se acogen a determinados regímenes fiscales para evadir impuestos. Mientras estos personajes, tildados de “antipatriotas”, acaparan portadas de los diarios en los últimos días, el aumento en un 16% de la retribución que la reina Isabel II recibe del Tesoro británico apenas ha merecido algunos pies de página. Nadie quiere o se atreve a exigirle que se apriete el cinturón.
La controversia sobre las dietas de los obispos se produce cuando la coalición de Gobierno está promoviendo una reforma de la Cámara de los Lores que reduciría sus actuales 786 miembros y también el número de prelados de la Iglesia de Inglaterra a menos de la mitad.
El país
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