Durante la visita al Vaticano de una delegación ortodoxa del Patriarcado de Constantinopla, el Papa agradeció a Bartolomé I por su apertura al diálogo
LUCA ROLANDIROMA
Se trata de un diálogo lento pero constante. Con motivo de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, Benedicto XVI recibió en el Vaticano a una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, enviada por el Patriarca Bartolomé I, en el marco del intercambio de visitas entre la Iglesia de Roma y el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, en ocasión de las fiestas de sus respectivos patronos.
La delegación, que entregó al Papa un mensaje del Patriarca, estaba compuesta, según lo que indica el Vatican Information Sevice, por el Metropolita de Francia Emmanuel Adamakis; el obispo Ilias Katre, de Philomelion (EE.UU.); y el reverendo Paisios Kokkinakis, del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico.
La festividad de los Santos Pedro y Pablo, dijo Benedicto XVI a los representantes del Patriarcado Ecuménico «nos da la oportunidad de agradecer al Señor las obras extraordinarias que ha hecho y sigue haciendo a través de los Apóstoles en la vida de la Iglesia. Su predicación, sellada por el testimonio del martirio -observó- es la base sólida solida y perenne sobre la cual se asienta la Iglesia y ,en la fidelidad al depósito de la fe que nos han transmitido, encontramos las raíces la comunión que ya experimentamos entre nosotros».
«En nuestro encuentro -al mismo tiempo que encomendamos a la intercesión de los gloriosos apóstoles y mártires Pedro y Pablo nuestra súplica para que el Señor [...] nos conceda llegar pronto al día bendito en que podamos compartir la mesa eucarística- le damos gracias por el camino de paz y reconciliación que nos ha hecho recorrer juntos. Este año se cumple el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, [...] Y fue en ese concilio en el que, como bien sabéis, estuvieron presentes algunos representantes del Patriarcado Ecuménico en calidad de Delegados fraternos, cuando se abrió una nueva fase importante de las relaciones entre nuestras Iglesias. Alabamos al Señor, ante todo, por el redescubrimiento de la hermandad profunda que nos une, y también por el camino recorrido en estos años por la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, con la esperanza de que, también en la fase actual, se progrese».
«Recordando el aniversario del Concilio Vaticano II, creo que es justo rememorar la figura y la actividad del inolvidable Patriarca ecuménico Atenágoras [...] que junto con el beato Juan XXIII y el siervo de Dios Pablo VI, animados por la pasión por la unidad de la Iglesia, que nace de la fe en Cristo el Señor, promovieron valerosas iniciativas que allanaron el camino a relaciones renovadas entre el Patriarcado Ecuménico y la Iglesia Católica. Me alegra profundamente que Su Santidad Bartolomé I continúe, con renovada fidelidad y creatividad fecunda, la senda trazada por sus predecesores, los patriarcas Atenágoras y Dimitrios, y sea conocido en todo el mundo por su apertura al diálogo entre los cristianos y por su compromiso para anunciar el Evangelio en el mundo contemporáneo», finalizó el Santo Padre.
Vatican Insider
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