El monje capuchino italiano se había hecho famoso por la estigmata, un fenómeno según el cual, algunos privilegiados muestran en las manos y los pies las llagas de Jesús en la cruz.
El monje fue canonizado por Juan Pablo II en 2002. Su fama trascendió los límites monásticos en los que vivió, para llegar a seducir a estrellas como la actriz Sofía Loren y el cantante de ópera Andrea Bocelli.
Pero hoy el historiador Sergio Luzzatto está por poner en duda la capacidad de Pío de imitar a Cristo. En su libro Padre Pio Miracoli e Politica Nell'Italia del Novecento, Luzzatto pone en duda la validez de la estigmata del monje. La versión de Luzzatto se basa en el testimonio de una boticaria, María de Vito.
"Él me dijo que el ácido era para desinfectar jeringas y también me pidió un calmante (llamado) valda".
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