La comunicación tanto del nuevo sistema de financiación como de las propias actividades de la Iglesia Católica será una de las claves decisivas para su autofinanciación. Así lo sostiene Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, que asistió hoy al VII Simposio Internacional dedicado a la financiación de la Iglesia católica en España, organizado por el Instituto Martín de Azpilcueta de la Universidad de Navarra.
Giménez Barriocanal hizo referencia al nuevo sistema de asignación tributaria que deja la financiación de la Iglesia en manos de la aportación voluntaria de los fieles y no, como venía siendo hasta ahora, en las consignaciones presupuestarias. A su juicio, esta circunstancia hace «urgente concienciar a los fieles sobre la necesidad de sostener a su Iglesia pues sus aportaciones van a ser fundamentales».
A la hora de transmitir a la sociedad el nuevo acuerdo, alcanzado a finales de 2006, señaló que «requerirá, por parte de la Iglesia, un importante esfuerzo de explicación del sistema, ya que de ello va a depender, por primera vez, la cantidad que va a percibir».
En este sentido, considera importante «conseguir desechar algunos clichés que sitúan a la Iglesia como una entidad con grandes riquezas y una situación de privilegio en la sociedad».
«Esa imagen -recalcó- debe ser sustituida por algo mucho más realista dando datos veraces de la realidad económica de la misma». Por otra parte, para Giménez, la Iglesia debe «procurar, poner en valor todo lo que hace y tiene repercusión social».
En este sentido, se lamentó de que hoy «no exista una correlación satisfactoria entre la actividad de la Iglesia y cómo ésta es percibida socialmente». Para ello, la transparencia informativa en el plano económico, «va a ser fundamental».
Se refirió también al «gran desconocimiento» que existe sobre el papel de la Iglesia en la sociedad, debido «sobre todo a la gran diversidad de instituciones». «Normalmente no se disponen de datos sobre el papel que tiene la Iglesia en ella y que alcanza proporciones muy importantes», explicó.
Sobre la valoración del nuevo sistema, precisó que «el hecho en sí de haber llegado a un acuerdo es muy positivo y demuestra la voluntad de ambas partes, Iglesia y Estado, de desatascar un asunto que llevaba muchos años bloqueado».
Giménez Barriocanal recordó que «son muchas las razones -históricas, jurídicas, culturales- que justifican sobradamente la existencia del sistema de colaboración del Estado con la Iglesia».
En su opinión, el acuerdo «abre la puerta a obtener nuevos recursos económicos, con total autonomía y sin esperar otras negociaciones», pues ofrece «un marco estable e indefinido que permite pensar en una cierta estabilidad a medio plazo».
Fuente: El Periodista Digital
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