Jesús continuó con esta comparación: «Un hombre tenía una higuera que crecía en medio de su viña. Fue a buscar higos, pero no los halló. Dijo entonces al viñador: «Mira, hace tres años que vengo a buscar higos a esta higuera, pero nunca encuentro nada. Córtala. ¿Para qué está consumiendo la tierra inútilmente?» El viñador contestó: «Señor, déjala un año más y mientras tanto cavaré alrededor y le echaré abono. Puede ser que así dé fruto en adelante y, si no, la cortas».
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Me hablas a mí también, Señor. Buscas en mí los frutos de mi vida, los signos de amor en ella. No deseo desaprovechar mis oportunidades; pero confío en que tendrás paciencia conmigo y me ayudarás. Remueve la tierra a mi rededor y coloca abono, aunque eso me duela. Solo Tú sabes cómo hacer algo bueno con mi vida.
De Espacio Sagrado
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