Friday, March 28, 2008

Al caer la tarde, un momento para la oración


Salmo a la búsqueda de Dios

Señor, Señor, ¿por qué te escondes de mí de esa manera?
Te llamo con todas mis ansias
Te busco en todas direcciones
Grito desesperadamente haciaTi
Me ofrezco a Ti por entero...
¿Qué más quieres?
¿Acaso vas a negarte indefinidamente a escucharme?
Hijo mío, deja de agitarte de ese modo.
¿Cuándo vas a comprender
que no eres tú quien me busca,
sino Yo quien te llamo desde siempre;
que no eres tú quien me ora,sino
Yo quien intenta sin descanso hacerme oír por ti;
que no eres tú quien me desea,sino
Yo quien aspira a ti infatigablemente;
que no eres tú quien me llama,
sino Yo quien, día y noche, llama a tu puerta?
Tus oraciones y tus súplicas
no son sino respuesta a las que yo te dirijo.
Y es que el hambre que tienes tú de Mí
jamás podrá compararse al hambre que Yo tengo de ti.
La sed que tienes tú de Mi
aguano se aplacará jamás
si no aprendes, en el silencio
a venir a beber de Mi fuente
sin desear ninguna otra..

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