Salesianos, es decir, promotores del Evangelio, comprometidos en la frontera de la educación de los jóvenes, auténticos hombres consagrados a Dios.
Lo ha subrayado Benedicto XVI, en el amplio y intenso discurso dirigido a los 250 participantes al capítulo general de los salesianos, que está concluyendo sus sesiones.
El Papa se ha mostrado contento con la reelección de don Pascual Chávez, mexicano, como superior general para un segundo sexenio. En relación a la vida consagrada, que hoy afronta nuevos retos, y al mundo salesiano, Benedicto XVI ha insistido que la pasión evangélica se contagia a través de una vida simple, pobre y austera, en el hecho de compartir las mismas condiciones de los más pobres, para dar más a quien en la vida ha tenido menos.
Pero el reto educativo, corazón de la misión salesiana y centro de los intereses del Papa, hace falta una pastoral familiar porque atender a las familias hace más duradero el trabajo con los jóvenes.
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