Hoy, 28 de julio, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo del BEATO PEDRO POVEDA CASTROVERDE, quien entregó su vida por causa de la fe en un día como hoy de 1936 en Madrid, España. Nacido en el año 1874 en Linares, España, fue apóstol privilegiado de las cuevas de Guadiz, en España, siendo declarado su "Hijo adoptivo predilecto", y fundador de la Institución Teresiana, cuya presencia la impulsó también en Chile. En 1993 el Papa Juan Pablo II le proclamo Beato. Sus restos se veneran en la Casa de Espiritualidad de Santa María de los Negrales, en Madrid, y en la Catedral de la Almudena hay una Capilla dedicada a su culto. Unidos, pues, a cuantos hacen de su vida una entrega apasionada a la fe y la educación, celebremos con gozo la fiesta del Beato Pedro Poveda.
Meditación
Fue en le seno de mi familia, profundamente cristiana, donde se despertó en mi la vocación al sacerdocio. A temprana edad, ingresé al Seminario Diocesano de Jaén y fue allí, en medio de la extrema pobreza del barrio de Guadix, en donde sentí el llamado a tomar parte en el desarrollo del mundo que me rodeaba. Decidí emprender una acción transformadora y con la ayuda de entidades públicas y privadas, construí las Escuelas del Sagrado Corazón, comedores para los niños y centros de formación profesional para los tantos jóvenes en ese sector tan marginado y carente de recursos. Más adelante, me trasladé a Covadonga, un lugar solitario en los montes de España, a donde llegaban los muchos peregrinos a visitar a la Virgen. Fue allí, mirando a la "santina", en donde descubrí la gran importancia de la función social de la educación, la necesidad de que los maestros estuvieran bien preparados profesionalmente y que vivieran su fe de modo coherente y responsable, que fueran solidarios y supieran cooperar. Sentí que esto era el sentido de mi vida. Convencido del aporte fundamental de la mujer para el progreso de los pueblos, traté de estimularla, permitiéndoles el acceso a estudios superiores. Todo esto fue el germen de la Institución Teresiana que más adelante fundé. Fue en Jaén en donde conocí a María Josefa Segovia que se convirtió en mi principal colaboradora en la fundación de la Institución, la que pusimos bajo la protección de Santa Teresa de Jesús, "doctora y santa". Nuestro objetivo fue colaborar en la construcción de una sociedad solidaria, basándonos en la educación y la cultura. A pesar de las adversidades religiosas que vivía mi país, nunca dejé de identificarme como "sacerdote de Cristo", sabiendo que algún día esta frase me quitaría la vida.
Radio Vaticano
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