La jerarquía de la Iglesia Católica irrumpió en el debate sobre el proyecto de nueva Constitución que redactó la Asamblea Constituyente, organismo que cuenta con una holgada mayoría del partido del mandatario Rafael Correa, quien se define como "un cristiano de izquierda".
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Antonio Arregui, dijo que "nuestra misión es aportar las razones, las luces que permitan a cada católico formarse en conciencia del voto ... hemos destacado que existen algunos contenidos de la Constitución que son rechazables para una conciencia cristiana, que no son negociables".
Arregui afirmó en radio EcuadorInmediato que si insisten "en catalogarnos en alguna categoría política se van a encontrar con que no hay manera, porque no estamos en la arena política, estamos en la arena de una misión religiosa".
Añadió que la Iglesia no confrontará con Correa "ni con ningún otro personaje político, ya que ese no es nuestro terreno".
El lunes, la Conferencia Episcopal, criticó los artículos acerca del derecho a la vida, el matrimonio entre homosexuales, y lo que calificó como el "totalitarismo estatal" en cuestiones de educación y las restricciones a la libertad religiosa, temas a los que consideró como "no negociables para los cristianos".
Tras el pronunciamiento, Correa no ha hecho comentarios, aunque el sábado dijo que algunos sacerdotes "de los pelucones (ricos)" se aprestaban a sumarse a la campaña por el "no" en el referendo de la nueva carta magna, previsto para el 28 de septiembre, para que la ciudadanía la apruebe o rechace.
El analista político Hernán Reyes, en declaraciones a la AP, en relación con la Conferencia Episcopal expresó que "se ha convertido en un actor político, se ha visibilizado como tal, pero no es muy adecuado hablar de la Iglesia Católica en general, sino de su jerarquía".
Señaló que si la jerarquía se coloca en el andarivel de la política y hacen política "como lo están haciendo, desde el púlpito, desde el sermón, desde la publicaciones impresas, se están arriesgando a dañar la imagen de la Iglesia ... y se arriesgan a enfrentamientos y conflictos".
Agregó que si bien la población ecuatoriana es mayoritariamente católica "no porque la jerarquía diga que está en desacuerdo con algunos puntos, los ecuatorianos van a votar negativamente".
Augusto Barrera uno de los colaboradores más cercanos al presidente Correa, en declaraciones a la red de televisión Ecuavisa, lamentó que los obispos entren a la arena política y dejen de lado algo que desde "hace siglos es una realidad, que fue separada (la iglesia) del Estado, con una división clara de ámbitos".
El ex sacerdote católico Eduardo Delgado, dirigente del movimiento Polo Democrático, destacó que la crítica realizada por la cúpula eclesial es "moralista" y puntualizó que esperar que esa institución no haga política "es pedir peras al olmo, porque siempre hacen política".
En radio Sonorama, dijo que lo mismo hace Correa cuando "con toda la pompa va a las misas, va a la iglesia anunciando con bombos y platillos que va a comulgar, que está en eso, está haciendo política incluso utilizando símbolos religiosos".
La Asamblea Constituyente de 130 miembros, de los cuales 78 son oficialistas, entregó el proyecto constitucional el 25 de julio luego de ocho meses de labor.
El Periodista Digital
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