Paz y desarrollo para Irak y condena a la violencia. Fueron los temas afrontados y reafirmados la mañana del 25 de julio en Castel Gandolfo entre el Papa y el primer ministro iraquí Al Maliki, que antes de ver al pontífice se encontró con el cardenal Bertone, Secretario de Estado vaticano y monseñor Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados. Se renovó la condena de la violencia que casi todos los días sigue golpeando diferentes partes del país, sin perdonar a las diferentes comunidades cristianas, que sienten intensamente la necesidad de mayor seguridad. Se expresó el deseo de que Irak pueda encontrar decididamente la senda de la paz y del desarrollo a través del diálogo y la colaboración de todos los grupos étnicos y religiosos, incluidas las minorías y se reafirmó la importancia del diálogo interreligioso.
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