Querido José Antonio: Gracia y Paz. Entre tantas cartas que te llegarán, vayan también estas palabras de un lector desconocido que te admira y estima. Estando yo en otro continente, mis amigos de acá me enviaron tu libro Jesús. Quedé seducido al instante. Tu inmensa erudición de ninguna manera perturba la rectilínea claridad del tema. A Jesús se le siente cercano, natural. El entusiasmo del lector por Jesús va aumentando página a página.
Es un estilo de luz: se lee sin esfuerzo. El lector es permanentemente seducido y, con toda naturalidad, asoma, cada vez más cerca, un Jesús realmente convincente. Vas al fondo de la cuestión y no te enredas en sutilezas disquisitivas. Nos trasmites con toda naturalidad, sin rebuscamientos ni esfuerzos innecesarios, la «buena noticia», yo diría «la novedad» de Jesús, y consigues que el lector quede prendido y prendado.
Un «enhorabuena» del tamaño del Izarraitz por haberte alejado del dogmatismo cristológico y todo doctrinarismo; y haberte «aproximado» al Jesús verdadero e histórico, el que nos ilumina, salva y alegra nuestras vidas. Enhorabuena también por haber colocado a la mujer en el lugar donde la colocó Jesús: es decir, en el centro del Proyecto de Salvación.
Hay, de tu parte, un conjunto de valores a lo largo de las páginas de tu libro: autenticidad, moderación, transparencia, humildad. No eres un iconoclasta que derriba a hachazos viejas estructuras; dentro del progresismo eres infinitamente respetuoso y eternamente moderado. En fin de cuentas, sobrepasas y trasciendes lo teológico y hasta lo histórico, y nos aproximas a Él mismo. ¡Formidable! Es lo mejor que he leído sobre Jesús.
Mis amigos que viven aquí, me han entregado la totalidad de opiniones que se han vertido en España acerca de tu Jesús, sobre todo las negativas. Me han informado también que, por esta causa, tú has sufrido mucho. Yo también he sufrido mucho. Íntimamente me asiste la convicción de que se trata de reacciones emocionales de carácter emulativo o de envidias de los «especialistas» de siempre. Te has defendido muy bien. Pero yo habría cerrado la boca y me hubiera quedado en silencio y paz.
No sé qué será «eso» de que te han corregido o te han hecho corregir. Adquiriré esa edición. La considero una campaña humillante; pero para el humilde no hay humillación posible. Solamente sé que cuanto más grande sea el escándalo farisaico que han hecho o te vayan a hacer, tanto mayor será el inmenso bien que tu Jesús hará en el pueblo de Dios. ¡Alégrate!
(Ignacio Larrañaga es el fundador de los Encuentros de la Experiencia de Dios, y de los Talleres de Oración y Vida. Escritor y maestro espiritual mundialmente reconocido, ha querido solidarizarse con José Antonio Pagola escribiéndole está carta abierta. Texto publicado en El Diario Vasco)
Del blog "El barón Rampante"
El periodista Digital
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