El carmelita P. Camilo Maccise, ex-general de la Orden del Carmen, cuenta que el Papa Juan Pablo II, que autorizó la división de las Religiosas Carmelitas, cuando supo que era falsa la información que le habían proporcionado, y de la que se había fiado para tomar tal determinación, dijo textualmente:”Me han engañado”.
Muchas veces he pensado en lo difícil que le tiene que ser al Papa tomar determinaciones, emitir juicios, o hablar de la realidad pura y dura. Es una de las personas que más dependen de la información que le puedan dar. Es verdad que oye a muchas personas, con lo cual puede hacerse una idea más objetiva de las cosas. Pero también es verdad que los que le rodean o informan (muchos de ellos de la Curia romana) no siempre serán objetivos y no siempre dejarán de estar influenciados por intereses creados, al menos ideológicos.
Supongo –y no creo que sea mucho suponer- que la mayoría de los cercanos al Pontífice serán personas más bien conservadoras (debido a la edad y al cargo que ocupan). Por otra parte, el mismo Papa suele ser bastante mayor, con lo cual se le tiene que hacer más difícil captar ciertas situaciones. Todo eso es normal. Lo que quiero decir es que no siempre lo que dice o hace el Papa goza de la nota de “infalibilidad”. Y que también el Papa se puede equivocar, unas veces por sus propias limitaciones humanas, y otras (posiblemente más corrientes) porque “le engañan”.
Del blog "Corazones en red"
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